Crónicas de honor / Lo desgarra el dolor de familia accidentada Paramédicos

PUEBLA.- COMO SI fuera ayer Alejandro Estupiña Cuevas, subcoordinador de paramédicos de la Cruz Roja Mexicana, recuerda la tragedia en la que una mujer tuvo que decidir entre quedarse a cuidar el cadáver de su esposo o vigilar el estado de sus dos hijos atropellados.

El paramédico relató la historia de una familia que sufrió un accidente el 31 de diciembre de 1998. Eran vísperas de año nuevo, recordó Estupiña, como le dicen sus compañeros de oficio.

"Tuvimos un servicio en la Autopista Puebla-Orizaba, pasando Acatzingo, ese día como a las seis o siete de la tarde", dijo.

Vía radio les comentaron que un hombre había sido atropellado sobre el acotamiento, con dirección hacia Veracruz.

Su cuerpo quedó tirado en la carpeta asfáltica y los automovilistas que circulaban por la zona lo vieron y lo reportaron.

"Resulta que se trataba de un señor que conducía un vehículo particular en el que viajaban su esposa y sus dos hijos, dos niños de 4 y 6 años.

"Al manejar uno de los neumáticos se le voló y el carro quedó parado y el conductor se tuvo que bajar a cambiarlo", dijo Estupiña.

Mientras levantaba el vehículo con un gato hidráulico pasó otro carro y golpeó al padre de familia y lo proyectó.

Su esposa y dos hijos presenciaron el accidente, dijo Estupiña.

Para socorrerlo la mujer bajó del automóvil, pero olvidó poner el seguro de las puertas. La mujer corrió hacia su marido, quien murió por el impacto que...

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