Desfilan para salir de la pobreza

AutorIñigo García

Especial

RÍO DE JANEIRO.- Gisele Guimarães tiene 22 años, la piel morena, una sonrisa encantadora y un cuerpo de escándalo. Es modelo profesional de la agencia Elite y el tiempo que le sobra lo dedica a coordinar Lente dos Sonhos (Lente de los Sueños), una ONG cuyo objetivo es facilitar a las niñas de las favelas de Río de Janeiro su acceso al difícil mundo del modelaje.

Gisele, nacida en Cidade de Deus, la favela que el director de cine brasileño Fernando Meirelles hizo famosa con la película que lleva el mismo nombre, sabe lo difícil que es para una niña de una familia pobre llegar a ser modelo.

"Desde niña quise serlo, pero soy nacida y criada en la favela, y los obstáculos siempre han sido mucho mayores para mí que para otros. No podía pagarme la mayoría de las clases, así que ensayaba desfiles en casa, imitando la televisión. Después llegaron algunas becas y trabajos esporádicos. Pero sigue siendo muy complicado.

"No había dinero para un book, para pagarme el transporte y acudir a los castings, para comprarme ropa, zapatos, arreglarme el pelo, las uñas, cuidarme la piel. En la sociedad actual, el dinero manda y todo lo resuelve. Y la gran mayoría de las que acuden a los castings para trabajos son niñas de papá", cuenta Gisele.

Por eso, en Lente dos Sonhos, se paga un dinero mínimo por las clases de modelaje. Incluso quien no puede, no da nada.

Mientras Gisele cuenta, en exclusiva, los problemas que tuvo con su madre, evangélica, para que aceptara que quería ser modelo, las niñas de la favela, ninguna de las cuales pasa de los 17 años, caminan atrás y adelante sobre una alfombra roja instalada en la escuela, ensayando posturas, aprendiendo a quitarse una chaqueta en movimiento, a colocar el cuerpo en el momento de parar, a dar la vuelta con soltura y naturalidad, a ser sexys y a parecer mujeres.

Quien les dirige, corrige y da ánimos es la menor de todas, pero una de las más bellas. Alda nació en 1996 y dice que sabe que quiere ser modelo desde los 6 años. Conoció Lente dos Sonhos un domingo en su casa, viendo la televisión. Apareció el fotógrafo Tony Barros, uno de los fundadores, animando a todas las niñas que quisieran trabajar en moda a inscribirse en el proyecto y dio un número de teléfono. Alda, que ya había asistido a varios cursos de modelaje, llamó y se inscribió. Poco después era profesora.

"Lo más difícil es dominar los nervios, aguantar la ansiedad, la presión", dice Alda.

Gisele corrobora y apunta que es muy duro.

"Antes...

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