Desempolve el álbum para armar su historia

AutorGeorgina Montalvo

¿Qué hace cuando pasa por uno de esos momentos en los que hay algo que le impide vivir de manera plena? ¿Pasa horas y horas dándole vueltas a su problema? ¿Se toma litros de café o varias cervezas mientras le cuenta a sus amigos? ¿Asiste a terapia?

La psicoterapeuta española Fina Sanz inventó otra opción para desenredar ese nudo de emociones. Se trata de la fotobiografía, un método de "escucha personal" que ayuda a entender la propia historia de vida y los contextos familiar, social y cultural en los que ha transcurrido.

"Se trata de ver qué cosas puedo encontrar en mi historia que me den claves para entender cómo soy yo ahora", explica la también sexóloga y pedagoga.

Disposición

La primera condición para hacer uso de este método es "estar dispuesto a saber de mí. Hay que querer mirar atrás para comprender y aprender de lo vivido, para cambiar lo que no me gusta y vivir mejor el presente", advierte Sanz, quien estuvo en la Ciudad de México para presentar el libro La Fotobiografía (Editorial Kairós).

Si existe tal disposición, a partir de la observación de sus fotos la persona puede hacer una reflexión y cambiar su visión de las cosas o modificar su actitud ante una determinada situación; pero, si el ejercicio le despierta una emoción dolorosa a la que no le encuentra total explicación, puede pedir ayuda psicoterapéutica, dice la también creadora de la terapia de reencuentro.

En México, terapeutas del Programa de Sexualidad Humana y Género de la Facultad de Psicología de la UNAM utilizan la fotobiografía.

Una vez que se está dispuesto a aplicar el método, hay que seleccionar las fotografías que resulten significativas. La idea es incluir fotos que generen sensaciones tanto positivas como negativas. Puede incluir las que más le gusten, pero también las que le dan ganas de romper o las que ha cortado por alguna razón.

Desde el momento de la selección de las fotos, asegura Sanz, empieza el movimiento de las emociones. ¿Cuáles se eligen? ¿Por qué no hay fotos de ciertos periodos? ¿Cuáles conservo yo y cuáles mi ex pareja? ¿Tengo fotos de mi infancia? ¿Y de mis hijos? Entonces la memoria emocional despierta.

Las fotos se organizan por periodos, y cada quien decide cuándo empiezan: si desde los antepasados, desde la propia infancia, desde el día de la boda o cualquier otra etapa. Hasta 10 fotos de cada periodo pueden ser suficientes.

Imagen y pensamientos

Con las fotos sobre la mesa, hay que poner atención en cómo se rememora cada momento, pues...

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