Descubren a gigante jurásico

AutorHéctor Alvarado

Infografía: Guillermo Castillo

Hace mucho tiempo, 150 millones de años atrás, la región de Nuevo León y todo el norte de México no era más que un profundo y extenso mar, en que su prehistórica fauna temía ante la figura de un reptil marino depredador que se considera el animal más grande que ha existido en la historia del mundo: el pliosaurio.

Ya que en el mundo son escasos los restos encontrados de estos animales, Nuevo León entró al plano internacional paleontológico luego de que unas vértebras dorsales y fragmentos de mandíbulas, encontrados en 1985 en Aramberri, fueron identificados hace un par de semanas por expertos alemanes y mexicanos como los restos de un pliosaurio joven que midió 15 metros de longitud.

El hallazgo y su identificación, uno de los más importantes en su tipo ya que abre la puerta para la investigación de este reptil que habitó los mares del periodo Jurásico Tardío (hace 150 millones de años), fue posible por un grupo de paleontólogos de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la UANL, quienes durante 15 años estudiaron los restos y buscaron opiniones de otros expertos para apoyarse.

Aunque en un principio se consideró que podrían ser los restos de un dinosaurio, un convenio reciente de la UANL con la Universidad de Karlsruhe, en Alemania (institución especialista en paleontología), fue clave para confirmar que se trataba del reptil del que sólo se habían encontrado restos similares en Australia.

"A más de 15 años no se había dado a conocer porque no había la seguridad de la determinación taxonómica; se pensaba que era un dinosaurio y tuvo que pasar mucho tiempo para buscar especialistas. Este tipo de investigaciones se lleva años", explicó José Guadalupe López, titular del Laboratorio de Paleontología de la Facultad de Ciencias de la Tierra, con sede en Linares.

"Estos son los primeros restos de un pliosaurio que se encuentran en América", dijo. "La importancia de este hallazgo es a nivel mundial por su tamaño, pues será una nueva línea de estudio, ya que no se han encontrado muchos de estos animales gigantes".

En 1985, durante un trabajo de campo, el entonces estudiante Mario Mancilla encontró fragmentos de una vértebra que se creyó pertenecía a un dinosaurio de tamaño extraordinario, por lo que los especialistas de la UANL iniciaron el rescate, el cual duró más de un año.

Luego de llevar los hallazgos a Linares, donde se liberaron los restos óseos de las piedras que los resguardaron por siglos, el equipo de...

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