Descubre su dualidad

AutorÁngel Rivas

Sus cervezas tienen ese estilo libre y rebelde que Bjørn Gilbert Nielsen identifica con el rock.

Danés de origen, el maestro cervecero de Calavera pasó su niñez y adolescencia en México, y hace apenas cinco años volvió al País para desarrollar su proyecto.

Siguiendo los pasos de su padre, se formó en ingeniería química, luego se interesó por la biología. Tras doctorarse en biofísica, fue contratado como profesor.

Sus visitas a México eran constantes y en una de ellas encontró el amor. Conoció en estas tierras a Elizabeth, su esposa y la diseñadora gráfica detrás de la imagen de Calavera.

"Empecé a hacer cerveza en 2002 ó 2003 con unos amigos. Eran pequeños lotes. Me di cuenta que había potencial para hacerlas a mi gusto; empecé a tomar cursos y a ser autodidacta".

Una de sus primeras creaciones fue una cerveza estilo belga con chile, a la que luego le ajustaría las notas picantes.

"En 2008 (mi esposa y yo) tomamos la decisión de venir a México para formalizar la empresa. Compramos una planta e hicimos pruebas, pero no contemplamos la mala calidad del aire y que la calidad del agua no era excelente. El primer lote comercial salió en agosto del 2009", relata.

La calavera, imagen de su marca, fue elegida con la idea de acercarse a la identidad prehispánica y por ser un símbolo fuerte que tiene que ver con muerte, vida y transición.

Sus estilos cerveceros guardan una estrecha relación con su gusto por la gastronomía. Todos están diseñados para maridarse e incluyen productos nacionales.

Hoja santa, calaveritas de azúcar y frutos del ponche son los ingredientes que resaltan en sus etiquetas de primavera, Día...

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