El desconcierto adolescente

AutorJanice Billingsley

Mucho se ha dicho y escrito acerca de la necesidad de aconsejar y calmar a los niños pequeños después de los ataques terroristas en Nueva York y Washington. Pero los psicólogos advierten que los adolescentes también pueden ser vulnerables a ideas inquietantes, e incluso respuestas potencialmente autodestructivas al tiempo que batallan para encontrar sentido a la matanza.

"Columbine (la preparatoria donde ocurrió un tiroteo) tuvo un gran impacto en los adolescentes", señala Jean Twenge, psicóloga de San Diego que se especializa en desórdenes de la ansiedad en adolescentes y niños, "pero esto es mayor que eso debido a su magnitud, porque es un ataque desde fuera de nuestras fronteras. Esta es una nueva experiencia para muchos de nosotros, pero especialmente para los adolescentes, quienes crecieron en una época de paz y prosperidad".

Desconcertados por la devastación y la continua cobertura en los medios de los esfuerzos de rescate, algunos adolescentes repentinamente podrían tener dificultad para conciliar el sueño, sentirse fatigados o ser incapaces de encontrar regocijo en actividades antes disfrutables, advierte la Academia Estadounidense de Pediatría. Incluso podrían recurrir a las drogas ilegales.

Los padres deben recordar que los adolescentes, pese a su característica seguridad en sí mismos, aún están batallando para tender un puente entre la niñez y la edad adulta. Y muchos de ellos necesitan, y en privado anhelan, la tranquilidad y guía de un padre afectuoso o un adulto en este momento.

"A diferencia de los niños, los adolescentes están comenzando a apreciar el impacto sobre sus vidas, aun si no los afecta personalmente. Comprenden la muerte y saben que las personas fallecidas no van a regresar", afirma Nadine Kaslow, principal psicóloga en la Facultad de Medicina de la Universidad Emory en Atlanta.

Los ataques también podrían socavar la típica lucha del adolescente por lograr un sentido de poder en su mundo. "Están tratando de sentirse en control de las cosas y algo como esto les da una increíble sensación de sentirse fuera de control", agrega Kaslow. "Tuve una adolescente que pidió una sesión de terapia adicional porque sentía que no sólo ella estaba fuera de control, sino que el mundo estaba fuera de control y sus padres no podían protegerla", explica.

Aunque no es posible que los padres puedan proteger a sus adolescentes de todo lo que el mundo arroja en su camino, pueden ofrecer un oído...

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