Desbordados

AutorTonatiúh Rubín

En dos años, la basura electrónica casi se triplicó en el País.

México generaba 358 mil toneladas de estos residuos en 2014, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC).

Para 2016, originó 998 mil toneladas, según un estudio de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU).

"Ha ido en aumento porque como sociedad nos hemos tecnologizado: cada vez hacemos más cosas con más tecnología. Consumimos más, pero también desechamos más", explica Enrique Ortiz, director de Educación Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema).

Del total de residuos electrónicos, sólo el 10 por ciento se recicla de manera formal, el 40 por ciento permanece almacenado en casas o bodegas, y el resto termina en estaciones de transferencia, rellenos sanitarios, tiraderos no controlados o en manos de recicladores informales, estima el INECC.

En el continente americano, México es el tercer mayor generador de este tipo de basura, sólo detrás de Estados Unidos y Brasil, que desechan seis millones 295 mil toneladas y un millón 534 mil toneladas, respectivamente.

"Es uno de los problemas más graves en términos de gestión de residuos sólidos, porque contienen materiales peligrosos, tanto tóxicos para las personas como para el ambiente si no se manejan de modo adecuado.

"Si se rompieran o se queman, pueden volverse de un residuo de manejo especial a uno peligroso", advierte Ortiz, biólogo por la Facultad de Ciencias de la UNAM.

ADVIERTEN RIESGOS

Si estos dispositivos están a la intemperie y entran en contacto con agua, luz o humedad, se oxidan y forman líquidos lixiviados que penetran el suelo hasta llegar a los mantos acuíferos, donde se acumulan y contaminan el agua, indica Heberto Ferreira, académico del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la UNAM.

"La preocupación de un tiradero de equipos electrónicos es precisamente esa (...), si no se tiene una forma adecuada de controlarlos, (los lixiviados) finalmente van y contaminan", precisa.

Si se queman los compuestos bromados que integran algunos aparatos, asegura Ferreira, se desprenden vapores perjudiciales para el sistema respiratorio.

En tanto, los metales pesados son otros de los elementos de mayor peligrosidad.

Entre ellos se encuentran el arsénico de placas o tarjetas, el platino de algunas carcasas, el cromo de pantallas y el mercurio de baterías.

Fiebre, vómito, diarrea, daños neurológicos, afecciones cardiovasculares, daños hepáticos y...

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