Desarrollo economico y democracia

AutorHilario Barcelata Chávez
Páginas100-102
La Economía Mexicana. Crisis y reforma.
.
Hilario Barcelata Chávez
100
EJIDO Y DEPENDENCIA ALIMENTARIA 1990
Debido a la fuerte contracción económica que sufre el país desde hace varios años,
pero también producto de los rezagos estructurales acumulados en el sector agrícola,
nuestro país depende cada vez más del exterior para alimentarse.
Así el año pasado las compras de alimentos al exterior sumaron 1108 millones de
dólares (md) para un total de 4 millones 396 mil toneladas, lo que representó un
incremento anualizado en este tipo de importaciones del 43%. De donde se destacan
las compras de trigo de 403 mil toneladas y de maíz 934 mil toneladas, lo que significa
casi el 50% del consumo nacional de estos productos.
Este año, en respuesta a la agudización de la problemática del campo, tendrá que
importarse 12 millones de toneladas de alimentos, que equivalen a 5 mil md. Esto es,
cerca del 90% de los ingresos que por exportaciones petroleras obtendrá el país y
equivale también a una erogación tres veces mayor a lo que se ahorró con la
renegociación de la deuda externa.
Tan sólo, según la Secretaría Técnica del Gabinete Agropecuario; las importaciones
de granos básicos y oleaginosas sumarán 7.5 millones de toneladas y representarán
el 25% de la demanda interna de dichos productos. Y las de leche en polvo será de
279 mil toneladas,
DESARROLLO ECONOMICO Y DEMOCRACIA 1990
Las naciones que han alcanzado un sólido desarrollo económico y hoy liderean la
economía internacional, lo han podido hacer gracias a que su organización política,
basada en la participación democrática de la sociedad ha permitido que la voluntad y
los intereses populares se reflejen en los proyectos de gobierno, los cuales se han
encaminado a satisfacer las demandas de esa sociedad, propiciando, a la vez un
crecimiento económico, una distribución más o menos equitativa del ingreso y la
riqueza.
Ahí donde se han creado estructuras cerradas de poder, donde la democracia ha sido
cancelada o reducida a su mínima expresión y en donde, por tanto, la voluntad popular
no ha sido escuchada, el desarrollo económico se ha estancado. Tal ha sido el caso de
los países “socialistas” del este europeo. Tal ha sido el caso de Chile durante 17 años
de dictadura militar y de Brasil o de Cuba y Nicaragua hasta antes de sus respectivas
revoluciones.
Países todos en donde la cerrazón política de sus dirigentes logró quizá sí un
crecimiento económico (como el caso chileno) pero no un reparto equitativo de su
producto.
Justamente el desmembramiento de esas estructuras de poder, ya sea por vía pacífica
o por vía revolucionaria se ha debido al impulso popular de una sociedad que al no ser
escuchada ni atendida ha visto descender sus condiciones de vida material a niveles
de subsistencia.
La revolución francesa -que tantas enseñanzas nos ha dado- estalló precisamente
porque las inmensas mayorías se encontraban en una situación de miseria provocada
por la excesiva concentración de la riqueza en manos de la nobleza real. En la
Revolución Mexicana sucede lo mismo. La dictadura porfirista conduce a las masas
populares a tal grado de pobreza que provoca el estadillo social.
Es decir que la revolución expresa el convencimiento de la sociedad de que sólo a
través de la toma del poder y su participación activa (directa o indirectamente) en las

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