Desaparecidos, una herida en el corazón

Alejandra Contreras

CIUDAD DE MÉXICO, marzo 1 (EL UNIVERSAL).- A más de 20 años del fin del conflicto armado en Guatemala, cientos de familias buscan continuamente a los miles de desaparecidos por la violencia, en su mayoría niños. Las víctimas esperan encontrar a sus familiares o al menos un rastro de ellos.

"Fui teniendo en mi corazón un rencor, un odio, una maldad. Yo busqué por mucho tiempo en la soledad. Siempre me preguntaba si algún familiar existía y viví con esa duda porque siempre decía: pase lo que pase quiero encontrar al menos un familiar (?) Mi mundo ha cambiado, ahora ya tengo libertad (?) Se siente bendecido, se siente bonito saber que un familiar está pendiente, que lo quiera y lo ame a uno", expresó Manolo Xol en un video de la Liga Guatemalteca de Higiene Mental, tras haberse reencontrado con sus familiares.

En 1982, Manolo fue rescatado en helicóptero por un teniente del ejército nacional después de que su madre, en medio de la guerra (1960-1996), fuera asesinada. Manolo fue regalado a una familia en San Pedro Carchá, Guatemala, donde sufrió negligencia, abusos y desnutrición. Al menos 45 mil personas desaparecidas dejó la guerra civil entre guerrillas y el Estado. Desde 2004, el país conmemora el 25 de febrero el Día Nacional de la Dignidad de las Víctimas del Conflicto Armado.

Comunidades indígenas y campesinos fueron despojados de sus tierras y víctimas de desapariciones. Decididas a impedir que las nuevas generaciones olviden lo que pasó, asociaciones civiles en Guatemala decidieron formar bancos a la memoria del conflicto. Una de las principales es la Liga Guatemalteca de Higiene Mental, que surgió ante la necesidad de ejecutar reparación en víctimas del conflicto, para tratar temáticas de salud mental y social desde 1999.

La labor principal de la Liga es la búsqueda de desaparecidos. La institución no cuenta con ningún tipo de apoyo gubernamental; se apoya en el personal y recursos provenientes de trabajo social y donaciones.

La asociación ha permitido incluso el encuentro de familiares que migraron a otros países. Marco Antonio Garavito Fernández, director de la Liga y quien lleva más de 21 años trabajando ahí, señaló a EL UNIVERSAL que tratándose de hallar a desaparecidos, el tiempo varía mucho. "Tenemos familiares de los primeros documentados que no los hemos encontrado y a veces encontramos un caso que a los tres, cuatro meses lo hemos resuelto".

Al año, la institución, comentó, sigue "un promedio de 60 casos y...

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