Desaira afición a fiesta brava

AutorMartín Banda

La afición taurina regiomontana, o al menos lo que queda de aquella afición que solía asistir a cada tarde de toros penetrada con olor a tabaco, por una o mil razones le está dando la espalda al espectáculo.

Ayer no fue la excepción. Aproximadamente 400 personas asistieron a la cuarta novillada de la temporada, en la que se esperaba una mayor asistencia por ser un día festivo y de clima muy agradable.

Pero no fue la tarde esperada. A lo mejor fue una mala estrategia de la empresa anunciar a tres desconocidos que no motivaron al público. Quizá la afición hace ya sus ahorros para la temporada grande que se avecina, el caso es que ayer la novillada fue completamente desairada.

Si a esto le agregamos que el encierro de San José de Santa Rosa, fracción de la ganadería de Felipe Zambrano, de desigual presencia, trajeron en jaque a los incipientes novilleros, poco hay de rescatable del festejo.

"Salvador", que así se llamó el cierraplaza, en su nombre llevó el honor de salvar la tarde y fue el único novillo con son y recorrido, ya que sus demás hermanos no tuvieron clase y deslucieron el festejo.

Ante ellos hubo tres espadas con más voluntad que suerte, como el...

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