Un desafío de alcance lunar

AutorIsrael Sánchez

Si bien le habría encantado ver a la misión Artemis I partir rumbo a la Luna primero el lunes y luego el sábado pasados, en su primer y segundo intentos, el ingeniero español Carlos García Galán aguarda con buen ánimo el despegue definitivo, con fecha indefinida.

Que aquel entramado de partes tan alto como la Estatua de la Libertad -el cohete más poderoso construido por la NASA hasta la fecha-, alce el vuelo y emprenda su misión hacia la Luna es particularmente significativo para el ingeniero nacido en Vélez-Málaga, pues en la cima del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS, por sus siglas en inglés) va un proyecto en el que ha trabajado los últimos 16 años.

Se trata de la nave Orión, la misma en la que viajarán la primera mujer y la primera persona negra hacia el satélite natural en 2025, y en la que García Galán ha participado incluso desde antes de que la nombrarán así.

Un trabajo que se remonta casi hasta sus días como controlador de vuelo durante los viajes del Transbordador, cuando comenzaba la construcción de la Estación Espacial Internacional. A lo largo de los años pasaría por distintos puestos, ya fuera liderando al equipo que propuso el software que maneja la nave o encabezando al grupo encargado del diseño de la misión y de la integración de sistemas.

Desde hace año y medio, el español funge como Jefe de la Oficina de Integración del Módulo de Servicio Europeo de la nave, en el Centro de Investigación Glenn de la NASA, en Cleveland, Ohio. Una de las estructuras vitales para garantizar el éxito de las misiones Artemis.

"El Módulo de Servicio es una de las partes más importantes de la nave. Aunque no lleva a la tripulación, tiene todos los tanques de combustible; los tanques de oxígeno y nitrógeno, que son necesarios para hacer el aire que hay dentro de la cabina; también tiene el agua que la tripulación va a necesitar durante la trayectoria. Y tiene todos los motores y los paneles solares para generar energía para la nave.

"Entonces, realmente sin el Módulo de Servicio Europeo no podríamos llegar a la Luna ni salirnos de su órbita para volver a la Tierra", remarca García Galán sobre el módulo cilíndrico de unos 4 metros de alto y 4 de diámetro, que va acoplado debajo del módulo en donde irá la tripulación.

Es, como tal, lo que permitirá la estancia prolongada en el espacio profundo a tripulaciones que básicamente habrán de vivir en Orión, como parte de un ambicioso plan en el que se contempla, además, establecer bases y una...

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