'Desafía al Estado narcoterrorismo'

AutorAbel Barajas

Cuando el Estado emprende un combate frontal contra el crimen organizado sin estrategias previas, una de las consecuencias es la aparición de acciones de terrorismo patrocinadas por el narcotráfico, cuyo propósito es, primero polarizar a la sociedad y luego, presionar a la autoridad para buscar una negociación.

Esta advertencia es expresada por el Ministro en retiro Genaro Góngora Pimentel y Alejandro Santoyo en un libro que empezará a circular esta semana titulado "Crimen Organizado, Realidad Jurídica y Herramientas de Investigación", editado por Porrúa.

"Deben fijarse estrategias previas al combate frontal de determinadas bandas delictivas, pues de otro modo, se corre el peligro de que con motivo de la persecución de la delincuencia organizada se genere un problema más para el Estado, como es el incremento de inseguridad social, que directamente sirve a los propósitos de la criminalidad.

"A nuestra manera de ver, el narcoterrorismo se trata de un desafío al Estado de Derecho de cualquier país, pues el narcotraficante realiza actos de terror en contra de la población civil para generar miedo, provocando en primer término que la población apoye al Gobierno y después, ante los ataques constantes de la delincuencia se torne en su contra auspiciada por la desesperación o ineptitud de las autoridades para resolver tales ataques, aspecto que incluso lleva a polarizar a la sociedad sobre el debido o indebido actuar de éstas para garantizar la seguridad y la paz social; presiones hacia el Estado que pueden llevar hacia una postura del Gobierno inadecuada, tal como negociar con la delincuencia para que cesen los actos de terrorismo", indican.

Los autores, el primero integrante de la Suprema Corte de Justicia de la Nación hasta el año pasado, y el otro secretario de acuerdos de un tribunal de alzada, sugieren a los responsables de perseguir a la delincuencia organizada voltear hacia la experiencia de Colombia en los años 80.

En especial, señalan el caso del capo del Cártel de Medellín, Pablo Escobar, quien declaró la guerra al Estado colombiano con un saldo de cientos de plagios y miles de ejecuciones, incluidas las de un ministro de justicia, un procurador general, dos candidatos presidenciales y el director de un diario.

"Deben tomar en cuenta los encargados del combate al crimen organizado que al margen de las técnicas de persecución al crimen organizado -cualesquiera que fueran- siempre existirá el riesgo de que cuando la banda delictiva se...

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