La desaceleración estadounidense haría peligrar el repunte de América Latina

AutorMatt Moffett y Joel Millman

Redactores de The Wall Street Journal

Justo cuando la economía latinoamericana se estaba embarcando en un nuevo ciclo de crecimiento económico ha surgido una amenaza desde más allá de sus fronteras: un enfriamiento en Estados Unidos, el principal inversionista y socio comercial de la región.

Todavía es demasiado temprano para evaluar el impacto de la desaceleración estadounidense y los efectos variarán mucho de país en país. México, que ha comprometido su futuro económico al de su vecino del norte a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, también conocido como TLC), es claramente la nación más vulnerable.

Brasil, con la mayor economía de la región y menos dependiente del exterior, está mejor posicionado para enfrentar la tormenta. En este momento Argentina es extraordinariamente sensible a cualquier cambio en la economía mundial, debido a que atraviesa por una crisis financiera que ha requerido la asistencia del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Lo que resulta cada vez más claro es que los efectos del enfriamiento estadounidense ya se están empezando a sentir. En octubre, el Grupo Industrial Saltillo SA, líder mexicano de autopartes también conocido como Gissa, estaba experimentando un descenso en la demanda de las automotrices estadounidenses. La empresa reportó que los cargamentos de bloques de motores V-8, que Gissa fabrica para el Jeep Wrangler de Chrysler, cayeron un 10% durante el tercer trimestre, y los analistas dicen que es un presagio de lo que está por venir.

La desaceleración de EE.UU. es un trago especialmente amargo debido al esperanzador panorama económico en la mayoría de los países latinoamericanos, con las excepciones de Argentina y Perú. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) recientemente estimó el crecimiento de la región para este año en un sólido 4%.

"Al mirar al trimestre pasado, era obvio que algunos países... se estaban beneficiando mucho del dinamismo de EE.UU. y estaban exportando", explica Hubert Escaith, jefe de análisis macroeconómico de la Cepal. "Es obvio también que una economía estadounidense más lenta significa que el auge de las exportaciones va a perder fuerza".

Los lazos comerciales entre América Latina y EE.UU. se han expandido tanto en la década posterior a la última recesión del país del norte que es casi imposible predecir todos los posibles efectos sobre la región. Ya ha habido un impacto casi inmediato en las bolsas latinoamericanas, que se han...

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