Derechos Humanos: Un ombudsman en el banquillo

AutorClaudia Ramos

Un estudio patrocinado por la Fundación Rafael Preciado, vinculada con el Partido Acción Nacional, expone retrocesos en la Comisión Nacional de Derechos Humanos durante el primer año de gestión de José Luis Soberanes Fernández.

El informe de este último, de acuerdo con el análisis académico, carece de una propuesta para diseñar medidas correctivas a los vicios estructurales en las instituciones que propician la violación generalizada de derechos humanos. El documento señala además distorsiones en las cifras sobre quejas y una deficiente asignación de recursos para atenderlas, así como una minimización de las recomendaciones, hasta el grado de no emitirlas o redactarlas de manera incomprensible.

El ombudsman responde: asegura que el número de recomendaciones disminuyó debido a que muchas quejas se resolvieron a través de "amigables composiciones". Por ser año electoral, considera, descendió también la cantidad de violaciones a los derechos humanos. Niega que existan errores de redacción o coherencia en las recomendaciones emitidas y atribuye a la falta de interés de los medios la escasa difusión al trabajo de la CNDH. Además cuestiona el mecanismo para integrar el consejo consultivo de la Comisión, el cual ha impedido el ingreso de nuevos miembros. "Pero eso ya no es culpa nuestra, sino de quien lo debe hacer, que es el Congreso", dice en entrevista.

Fundación Rafael Preciado

CNDH: debilitada y sin fuerza moral

En su primer año de gestión, José Luis Soberanes dejó a la Comisión Nacional de Derechos Humanos debilitada y sin fuerza moral. Durante el 2000, la CNDH minimizó hechos violatorios y negó el valor de las recomendaciones hasta el grado de no emitirlas o redactarlas de manera incomprensible. Esta posición no abonó a la lucha por la defensa de estos derechos en México.

Así concluye el análisis académico del informe de actividades que Soberanes, primer ombudsman nombrado por el Poder Legislativo, presentó en días pasados ante el Congreso de la Unión.

Elaborado por la investigadora Margarita Labarca Godard y Carlos Ríos, director de Estudios en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos de la Fundación Rafael Preciado Hernández, A.C. -organismo ligado al Partido Acción Nacional-, el análisis reporta un retroceso en el trabajo de la CNDH con respecto a anteriores gestiones, encabezadas por ombudsman nombrados por el presidente de la República.

"El primer problema es que a Soberanes se le dificulta entender la función de las recomendaciones y quiere convertir a la Comisión en otro Poder Judicial, al pedir que su actuación sea vinculante. Como considera inútil que el cumplimiento de las recomendaciones no sea obligatorio, entonces decide emitir sólo 26 en todo el 2000, comparadas con las ciento y tantas que emitió su antecesora, Mireille Roccatti", explica Ríos en entrevista.

"Esta dificultad para entender el valor de las recomendaciones llega hasta la redacción incoherente de las mismas: no se sabe a quién van dirigidas, no se entienden cuáles son los hechos, a la autoridad acusada de violar derechos no le queda claro por qué se hace la recomendación y no hay petición para que se indemnice a la víctima. Estos errores le restan fuerza y sentido a una recomendación".

Ex visitador adjunto de la tercera visitaduría de la CNDH durante el periodo de Jorge Madrazo y especialista en derecho penal y derechos humanos, con estudios en la Universidad Iberoamericana y la Universidad de Barcelona, Ríos advierte que esta dificultad de Soberanes para entender el papel de la Comisión tiene que ver con lo que considera su nula experiencia en la defensa de estos derechos.

"Soberanes no tiene trabajo previo en la materia y por lo mismo no tiene fuerza moral para encabezar a la Comisión. Esto se refleja también en el falso debate al que ha entrado al afirmar que la Comisión no defiende a delincuentes y al encabezar un programa en defensa de las víctimas del delito.

"El debate es falso, porque la Comisión tiene la obligación de defender a quien le hayan sido violados sus derechos humanos, sin importar si es delincuente o no. Y a las víctimas del delito las defienden las autoridades encargadas de procurar y administrar justicia. Hay entonces una visión distorsionada de lo que son los derechos humanos.

"Esto deja mal parada a la Comisión y, paradójicamente, deja un mal precedente del primer ombudsman autónomo, nombrado por el Congreso", enfatiza Ríos, también investigador del Programa de Maestría en Derechos Humanos de la UIA.

Derechos protegidos

En nueve puntos, el análisis académico de 18 páginas evalúa en su primera parte las deficiencias del informe que Soberanes presentó ante el Congreso el pasado 30 de enero.

Concluye que se trata de la reseña de "las gestiones internas del organismo, con información puramente numérica y de naturaleza administrativa", sin propuesta de "medidas correctivas a vicios estructurales en las instituciones administrativas que propician la violación generalizada de los derechos humanos".

También afirma que la CNDH "no demuestra continuidad en la promoción de los proyectos legislativos elaborados por el organismo para la protección de los derechos humanos" en gestiones anteriores; que las cifras sobre las quejas están distorsionadas y que incluso se incluyen las de la administración anterior; que hubo una deficiente asignación de recursos humanos y materiales dentro del organismo para atender las quejas, puesto que en promedio cada profesional o técnico adscrito a la CNDH atendió no más de tres expedientes; que la forma de presentación del estado que guardan las "amigables composiciones" induce a la incertidumbre respecto de si se logró resolver el caso en cuanto al fondo, y que el programa de atención a víctimas del delito (Províctima) que el titular del organismo anunció desde el inicio de su gestión fomenta una visión distorsionada de los derechos humanos.

El análisis plantea además tres problemas que Ríos califica de "centrales" para la función de la CNDH.

En primer término, cuestiona la actitud de Soberanes frente a la emisión de las recomendaciones, por considerar que "desnaturaliza" la finalidad esencial de la razón de ser del ombudsman.

"El doctor Soberanes ha sostenido repetidamente que las recomendaciones del organismo nacional son de poca utilidad. Semejante concepción desconoce el verdadero sentido y finalidad de las recomendaciones de la CNDH, las cuales no sólo tienen por objeto enterar a una autoridad de que en un caso determinado se han violado los derechos humanos del quejoso y pedirle que repare el daño y sancione a los culpables.

"El sentido de la recomendación va mucho más allá: se trata de un documento que por su esencia debe ser público y como tal pone...

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