Depresión en la tercera edad

METRO/Redacción

La depresión no es un estado de ánimo pasajero, es una enfermedad que afecta el cuerpo y la mente, y los ancianos son especialmente vulnerables a ella.

"Las personas de la tercera edad continuamente se enfrentan a episodios de pérdida como la jubilación, la viudez, la enfermedad, etcétera, algunos de ellos al principio resienten emocionalmente estas pérdidas, pero paulatinamente se van adaptando a su nueva situación, sin embargo y por desgracia no todos logran esto, y el periodo de tristeza se prolonga anormalmente", señala un documento proporcionado por el Instituto Nacional de la Senectud.

Esta enfermedad puede afectar no sólo el estado emocional de las persona mayores, sino también su esfera intelectual, sus relaciones familiares y sociales, así como su estado físico, general.

Aunque no todos los enfermos presentan todos los síntomas, algunos de los más comunes son estado de ánimo triste, sensaciones de culpa o inutilidad, pérdida de interés en pasatiempo y de autoestima.

También pueden presentarse dificultades para dormir, pesadillas, pérdida o aumento exagerado del apetito, fatiga, inquietud, irritabilidad y llanto fácil.

En casos extremos aparecen pensamientos sobre la muerte y suicidio, estos últimos llegan a convertirse en acciones.

Los enfermos de la tercera edad presentan además dificultad para pensa con claridad o concentrarse, pobreza de juicio, comportamiento social inapropiado, preocupación excesiva por sus salud y miedo a la soledad.

Las pérdidas son un factor que desencadena la depresión en las personas de la tercera edad.

"Algunas de ellas tienden a juzgarse de manera excesiva y cruel, culpándose por situaciones, conductas o pérdidas. Surgen arrepentimientos por hacer o dejar de hacer algo, así como rencores o remordimientos", dice el documento.

Tratamientos

Para el tratamiento de la depresión, se recomienda la psicoterapia, que se basa en una relación personal entre el paciente y el terapeuta, es de gran ayuda para ubicar de nuevo al enfermo en su realidad.

La terapia tiene como fin aliviar la tensión emocional mediante el diálogo y la expresión de sentimientos, así como modificar conductas inadecuadas y promover el desarrollo de la personalidad.

Para ayudar al anciano depresivo, es importante procurar que siempre esté acompañado, e invitarlo a que no se compare con lo que era o hacía antes.

Asimismo, señala el escrito del INSEN, no deben tomarse decisiones importantes en este período ni fijarse metas...

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