Deplora español maltrato de INM

AutorEvlyn Cervantes

"Pedí un simple paracetamol y no había medicamentos", dice Arturo González, de nacionalidad española, al exponer los motivos por los que se mantiene en huelga de hambre dentro de la estación migratoria "Las Agujas", de Iztapalapa.

El encierro y aislamiento desde las últimas semanas de diciembre, lo desmejoraron. Sintió malestar general y le dio fiebre. Le negaron la pastilla que pedía.

Desde el interior del local, Arturo se comunica al teléfono celular de su pareja sentimental y así narra que se encuentra detenido en esa instalación del Instituto Nacional de Migración desde el 18 de diciembre.

Hace cuatro días se declaró en huelga de hambre porque nadie le informa de su situación migratoria, le impiden recibir visitas de la abogada que lleva su caso, es víctima de discriminación y le fue negada la asistencia cuando tenía fiebre.

"Aquí hay gente que lleva hasta once meses esperando su resolución, aunque tienen papeles y todo; no les dan ningún resultado, ni información, ni nada. De hecho, hay cuatro personas que están dispuestas a hacer huelga de hambre también", cuenta el español de 45 años.

Llegó a México hace dos años. Seis meses después de arribar, se instaló como pareja con Blanca Rocío Martínez, mexicana quien promueve la libertad de Arturo a través de la Asociación Internacional de Ayuda al Migrante, Refugiado y Asilado.

La pareja se dedicaba a la venta de películas en el centro de la capital del País. El negocio era su actividad esencial.

El 12 de junio pasado, Arturo fue detenido después de que ocurrió un enfrentamiento entre comerciantes y policías. El 18 de diciembre pudo salir del Reclusorio bajo fianza, pero fue internado en la estación migratoria.

La diferencia entre el centro penitenciario y la estación "Las Agujas" es diametral: en la cárcel podía entrevistarse con sus abogados; en la que debería ser instalación de alojamiento, le restringieron la visita a únicamente Blanca Rocío, no más de 20 minutos al día.

"Me dejaron poner a una persona, nada más. Solamente familiares directos. Para poder meter a otra persona tengo que quitar el nombre de mi pareja y se tardan tres días en autorizarme a alguien más, y eso ni siquiera es seguro. Llevo cuatro días solicitando apoyo jurídico y no ocurre nada".

Esa restricción que la autoridad migratoria le impone a Arturo es una violación directa al Reglamento de la Ley de Migración, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 28 de septiembre pasado.

El artículo 224 asegura que...

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