Denuncian irregularidades en supuesto caso de fraude

GUADALAJARA, Jal., agosto 8 (EL UNIVERSAL).- Alejandra Torrecillas Burrola, esposa de un empresario sonorense, se encuentra internada en el Reclusorio Femenil de Puente Grande, Jalisco, acusada de fraude y amenazas dentro del expediente 103/2017-A.

Ambos delitos son considerados en el Código Penal estatal como no graves y alcanzan libertad bajo caución; sin embargo, lleva cinco meses presa, al ser catalogada por el juez Jaime Gómez como una persona "de alta peligrosidad". Eran las siete de la mañana del 6 de marzo, Torrecillas Burrola llevaba a sus hijas al colegio, en su natal Hermosillo, Sonora, cuando ocho policías ministeriales de Jalisco la bajaron de su camioneta.

Alejandra, de 45 años, fue trasladada a Guadalajara y presentada ante un juez, sin si quiera saber qué era lo que sucedía, contó, previo a que se desahogara una de las audiencias promovidas por su defensa. Afirma que se trata de una injusticia resultado de un acto de corrupción.

Además, Carlos Eleazar Reyes Lucero el contador de la empresa Acuícola México S.A. de C.V. y Ramón Roberto Ruiz Ruiz, cocinero de la misma, fueron detenidos días después por los mismos supuestos hechos; también se encuentran recluidos en el penal de Puente Grande.

Los implicados, junto con Alejandra, son acusados por la empresa Vimifos de un supuesto fraude, amenazas y falsedad en declaraciones; sin embargo, las pruebas en el expediente apuntan a que el caso fue prefabricado.

De acuerdo con documentos que obran en el expediente, entre los socios de la empresa Vimifos S.A. De C.V. aparece como socio Javier Bours Castelo, el hermano del ex gobernador de Sonora, Eduardo Bours Castelo.

La historia. Todo inició cuando el esposo de Alejandra, Gustavo Adolfo Galaz Ruiz, solicitó como representante legal de Acuícola México S.A de C.V., un par de líneas de crédito en alimento camaronero a la empresa Vimifos, su principal proveedor.

La intención, afirmó Gustavo Galaz, era hacer crecer el negocio familiar de cría de camarón, ubicado en el litoral de mar de Cortés, en Sonora.

Todo se vino abajo para Acuícola en 2010, luego de que uno de los bancos de camarón en crianza contrajo una enfermedad conocida como La Mancha blanca, lo que ocasionó la muerte de la especie y por ende la ruina financiera de la empresa.

Aunado a ello, la compañía tampoco pudo pagar a sus trabajadores sus salarios devengados y se acumularon los sueldos caídos de 2010 y 2011.

Al no pagar el adeudo con Vimifos, Acuícola México firmó un...

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