Denuncian agresiones sexuales a enfermeras en Hospital La Raza

CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 5 (EL UNIVERSAL).- En el Hospital de Gineco Obstetricia No. 3 de La Raza hay registro de tres enfermeras desaparecidas. También se tienen testimonios de violaciones y agresiones sexuales hacia las mujeres del personal de salud. Una de ellas es María.

María trabaja en una jornada de 7 de la mañana a 10 de la noche. Hace unas semanas, salió de su trabajo para dirigirse al Metrobús, cuando un hombre más alto que ella se acercó por detrás. Le tapó la boca. La arrastró a unos metros de la acera.

"Alrededor de la Raza ha habido muchas situaciones de violencia. Hace un año asesinaron a un médico radiólogo sobre la calle de Seris. Hay varios trabajadores desaparecidos, han violado a las enfermeras en los puentes cercanos, han asaltado a varios compañeros trabajadores. Siempre se ha sabido que la zona del Hospital la Raza es sumamente violenta y peligrosa", narra María en entrevista con este medio. Su nombre ha sido cambiando por cuestiones de seguridad.

La situación que vivió María esa noche ocurrió a sólo seis pasos de su trabajo. El hombre que le tapó la boca la llevó a unas jardineras cerca de la entrada de las ambulancias sobre la Calzada de Vallejo. Mientras ella intentaba gritar, él le tocaba senos, muslos y entrepierna. La golpeó en varias ocasiones, dejándola caer contra el coxis y el hombro izquierdo, también aprovechó para patearla y morderla.

"Llegó un momento que yo empecé a sentirme muy cansada. A lo lejos escuchaba el motor de un coche, pero mi mente sólo pensaba que si me subía a ese coche, no iba a volver a ver a mi hija", relata María con lo que llama "recuerdos muy vagos".

"¡Espérate! ¡Espérate!", gritó el agresor cuando ella se encontraba tirada en el suelo. Nuevamente se escuchó el motor del coche, el hombre brincó la reja de aquellas jardineras sin plantas y corrió.

Tras unos minutos, María se levantó casi desnuda, se cubrió con su bolso y su blusa blanca del Hospital la Raza. Caminó hacia el Metrobús. Sintió las miradas de las demás personas en todo el trayecto. Llegó a casa. Se encerró en su cuarto. Esperó a mitad de la cama hasta que la alarma sonó por la mañana. Se cambió y fue a trabajar.

Sin cámaras de vigilancia no se puede hacer nada

Hace aproximadamente un mes, algunos medios de comunicación informaron de un violador serial en los alrededores del Hospital la Raza. Desde el cruce peatonal de Circuito Interior hasta las inmediaciones del Centro Médico hay denuncias de enfermeras ante la...

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