Denise Dresser / ¿País de fracasados?

AutorDenise Dresser

Se acerca el fin oficial de tu sexenio, Vicente. Dentro de poco, el telón caerá y la función habrá terminado. Tú, ex Presidente, te irás de regreso al rancho pensando que hiciste lo mejor posible dadas las circunstancias. Pero yo, ciudadana, aquí me quedaré. Desconcertada. Decepcionada. Preguntándome y preguntándote qué pasó, qué salió mal, dónde tropezaste y cuándo te metieron el pie. Empeñada en entender por qué no pudiste aprovechar una oportunidad histórica que el País te dio. Empeñada en saber qué hiciste con la esperanza que tantos te entregaron.

Te vi el día del Informe y me costó trabajo reconocerte. Desde hace ya un buen tiempo me parece que no eres aquel hombre que conocí, aquel candidato que apoyé. Pero en esa ocasión fue más obvio que nunca. Allí estabas, volando bajo para que el radar no te detectara. Eludiendo dar cifras para evitar increpaciones. Navegando con piloto automático para evitar un choque con el Congreso. Repitiendo y repitiéndote que las cosas no han salido tan mal. Al menos no ha habido una crisis económica, al menos hay un Seguro Popular, al menos no soy un rey o un dictador. Al menos he salido más o menos ileso, te dices por las noches antes de acostarte.

En decisión tras decisión, en spot tras spot a lo largo de los últimos cinco años revelas quién eres en realidad. Un hombre decente pero limitado; un Presidente con buenas intenciones pero malos instintos políticos. Ahora sé que la imagen que construiste durante tu candidatura presidencial fue sólo eso: una ilusión, una cortina de humo. Detrás del espejismo había un hombre que quería ser Presidente de México pero no estaba preparado para ello. Que sabía cómo vender pero no sabía cómo gobernar. Que ingresó a la política pero hoy confiesa que en realidad "no es lo suyo". Que convirtió a la popularidad en termómetro de su Gobierno pero no la arriesgó para tomar decisiones difíciles. Vicente, querías llegar a Los Pinos pero no tenías ni el temperamento ni la vocación ni la habilidad necesarios para estar allí. No te gusta la confrontación, no te gusta la negociación, no te gusta el lado oscuro del poder y lo que exige.

A ti te gusta viajar, saludar, hablar, sonreír, promover. A ti te gusta la parte pública y ceremonial de la Presidencia, mas no la toma de decisiones duras que entraña. A ti te gusta grabar spots promocionales pero no tomar medidas confrontacionales. Querías gobernar a México con una sonrisa y eso no basta. Querías perdonar a tus enemigos cuando...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR