Denise Dresser / PejHemonics

AutorDenise Dresser

La historia se repite porque la primera vez nadie estaba prestando atención, dice un dicho. Y en estos tiempos de algarabía por la Cuarta Transformación, deberíamos estar prestando atención ante lo que se reconstruye de formas sutiles y no tan sutiles.

Una "real transformación" que -si no tenemos cuidado- se convertirá en una verdadera restauración de algo que ya vivimos, ya combatimos.

Algo que fue imperativo desmontar para acceder a la democracia, por más incipiente e incompleta que fuera: un sistema de partido hegemónico, de gobierno unificado, oposición inerme, contrapesos endebles, presidencialismo revigorizado y discrecionalidad rampante.

Todo eso contra lo cual peleamos en la década de los 90 con reformas electorales, cambios institucionales, luchas cívicas. La hegemonía del PRI que ahora se reinventa como la hegemonía de AMLO-Morena, pero con más fuerza que en el pasado, avalada por 30 millones de votos.

Hombres y mujeres trabajando en el proyecto de PejHemonics que busca re-centralizar, re-corporativizar, "refuncionalizar instituciones", tomar el priismo de los años 30 o 70 como modelo a seguir. En pocas palabras, hegemonizar.

Todos los días hay decisiones y declaraciones que lo evidencian. El uso de candidaturas del PT y el PES para que políticos de Morena llegaran al Congreso, con la resultante sobre-representación ahí. La manifestación de lealtad incuestionable en la sesión inaugural del Congreso, al son de "es un honor estar con López Obrador", minando el papel de contrapeso que le correspondería.

La figura de los delegados estatales, enviados ostensiblemente para contener la corrupción de los Gobernadores, pero con una clara intencionalidad partidista. Las exigencias de lealtad incondicional por parte de futuros Secretarios a servidores públicos que trabajarán en sus dependencias.

El anuncio de una escuela de formación de cuadros de Morena, donde se habla explícitamente de diseminar "propaganda". Los guiños y alianzas con los amos del mundo sindical, justificados con el argumento de respetar la "autonomía sindical". Expresiones tanto simbólicas como sustantivas de algo que emerge y preocupantemente: el uso de la legitimidad electoral para emprender acciones antidemocráticas.

Un cambio de régimen que no nos debería molestar, argumentan sus nuevos ideólogos e intelectuales orgánicos. Una democracia más "real" por plebiscitaria, dicen los defensores del...

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