Denise Dresser / Las obedientes

AutorDenise Dresser

Para mis alumnas.

Pobre Claudia Sheinbaum. Tan lejos de las causas de las mujeres, y tan cerca de López Obrador. Tan lejos del feminismo y tan cerca de las prácticas del patriarca. Ella misma asume su condición de obediencia al tuitear como lo hizo: "Asistí a la toma de posesión de Evelyn Salgado, primera gobernadora de Guerrero. Por cierto, no hay nada más machista que referirse a una mujer como la hija de, la esposa de, etc; como si las mujeres fuéramos pertenencia de alguien. Felicidades Evelyn por su triunfo y capacidad". Así, casual. La jefa de gobierno de la Ciudad de México presumiendo, celebrando y normalizando lo que su partido ignoró sobre Félix Salgado Macedonio, y lo que Morena hizo para que su hija ocupara ese lugar. Sheinbaum denuncia al machismo pero se suma a quienes lo perpetúan, cuando es políticamente conveniente. Cuando un hombre -el Presidente- se lo pide. Más que una mujer feminista, Claudia se comporta como una tapadera lopezobradorista.

Porque no hay nada más machista que un partido que ignora las acusaciones de violación y acoso sexual de su candidato a la gubernatura, y después le da la candidatura a su hija. Ella no llega al poder por capacidad; asume por consanguinidad. Ella no tiene trayectoria política propia; arriba propulsada por su padre. A él le decían "El Toro", y a ella la promocionan como "La Torita". Durante la campaña, en todo momento se le vinculaba con él, se le relacionaba con él. Vota por Evelyn, para que gobierne Félix. Vota por una mujer, para que un hombre le diga qué hacer. Aunque haya ganado, la simulación es inocultable, la farsa es innegable. Morena se vanagloria de tener una mujer tomando decisiones, cuando en realidad habrá otra mujer tomando dictado.

¿Acaso Sheinbaum no sabe que la ex casa de campaña de Félix Salgado Macedonio se ha convertido en agencia de colocaciones del nuevo gobierno de su hija? ¿Que desde ahí, el aún senador de Morena -gozando su fuero- da a conocer nombramientos determinados por él? ¿Qué en su discurso de toma de posesión, Evelyn Salgado se refirió a su padre como "un gigante de la democracia"? Y Sheinbaum aplaudiendo, mientras la gente gritaba "Torita, Torita", en franca contradicción a la carrera supuestamente meritoria y autónoma de una mujer que llega al poder precisamente por ser hija de quien es. Como si eso fuera...

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