Denise Dresser / Korenfeldización

AutorDenise Dresser

Helicópteros van, helicópteros vienen. Casas multimillonarias para la clase política a nombre de contratistas beneficiarios del gobierno. Viajes a Beverly Hills por parte de la primera dama que como escribió Angeles Mastretta: "Parece no saber en qué país vive, ni con quién está casada, ni en dónde tiene que pararse". Cada semana un escándalo distinto, una putrefacción publicada, una nota o un tuit de conductas que parecen impensables pero no lo son. Un país de sobornos, cohechos, "moches", "mordidas", uso privado de bienes públicos, enriquecimiento ilícito que nunca es castigado como tal. Un país en el cual la democracia no ha significado más controles sino más corrupción. La alternancia en el poder no ha frenado los abusos; más bien ha contribuido a exacerbarlos. A normalizarlos. A Korenfeldizarlos. A democratizar la codicia.

Eso es lo que argumenta Luis Carlos Ugalde en el artículo "¿Por qué más democracia significa más corrupción?", publicado en la revista Nexos. Allí examina lo que ocurre en la punta de la pirámide que ha llegado hasta su base. La malversación de fondos o bienes públicos, desde el dinero hasta los helicópteros. Las reasignaciones presupuestarias para dar dinero a fines distintos a los autorizados, como está ocurriendo con el presupuesto que las Secretarías destinan a los estados donde habrá elecciones que el PRI quiere ganar. La extensión de la corrupción a estados y municipios donde pulula la contratación de obras públicas que nunca son concluidas. No extraña entonces que según una encuesta publicada por este diario, 78 de cada 100 mexicanos creen que la corrupción aumentará este año.

Seguramente sera así porque el pluralismo y la alternancia no combaten la democracia per se. Con un débil Estado de derecho invitan a la parranda sin control. Conducen a la dispersión del poder y la apertura de muchas ventanillas para hacer negocios. Mayor descentralización del presupuesto, mayor discrecionalidad en su ejercicio. Mayor influencia del Legislativo en la asignación del gasto público, mayor probabilidad de "moches". Mayor existencia de "subvenciones legislativas", mayor seguridad de que se usen como partidas secretas. Los Congresos no son contrapeso de la corrupción sino parte de su engranaje. Y 32 gobernadores con mucho dinero pero nula rendición de cuentas. Y oportunidades para todos los que quieran aprovechar los frutos del árbol frondoso del sector...

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