Denise Dresser / Explíquese, Sr. Peña

AutorDenise Dresser

La corrupción, la maldita corrupción. Como residuo tóxico desparramándose día tras día, nota tras nota, periodicazo tras periodicazo. Embarrando con frecuencia a Tomás Yarrington. Con frecuencia a Javier Duarte. A veces a Humberto Moreira. En ocasiones a Enrique Peña Nieto. Nadie del PRI parece salvarse de lo que hoy es la principal causa de la insatisfacción política, la principal razón detrás del desasosiego nacional. Y ante ello, quien debería ser baluarte y ejemplo, adalid y artífice de la lucha contra la corrupción, guarda un ominoso silencio. El Sr. Presidente, callado, obliterado, o dando discursos que no dicen nada y esquivan el tema central de nuestro tiempo. O nombrando apresuradamente a 18 jueces anticorrupción sin la debida auscultación para determinar su idoneidad para el puesto. Protegiendo al PRI, protegiéndose.

No es ni debería ser aceptable que Peña Nieto rehúse proveer explicaciones creíbles sobre escándalos recurrentes. No es ni debería ser aceptable que ante la información que sale a flote o se filtra, siga encubriendo a su partido. Nos debe claridad y contundencia. Nos debe verdad y evidencia. Nos debe describir exactamente por qué defendía a Tomás Yarrington, cuando ya era acusado por la DEA de haber recibido sobornos del Cártel del Golfo y Los Zetas. Nos debe precisar si existió la alianza de facto entre la mafia tamaulipeca y la mafia atlacomulquense, urdida por Montiel y perpetuada por su protegido político. Porque esa es la noticia explosiva que ha pasado desapercibida; la nota central que ha pasado de largo, tapada por el lodazal diurno en el cual reman todos los partidos, cada cual en su canoa enfangada.

¿Es cierto o no que Yarrington envió dinero para campañas en el Estado de México? ¿Es cierto o no que Yarrington mandó a un operador -Simón Villar- para financiar maniobras políticas en territorio mexiquense durante años? ¿Por qué la PGR mantuvo congelada la orden de aprehensión contra Yarrington a lo largo de cuatro años? ¿Por qué nunca se actuó contra él a pesar de que sobre su cabeza ya pesaban acusaciones en una Corte federal estadounidense por distribución de drogas y lavado de dinero? ¿Por qué la PGR se tardó hasta noviembre de 2016 en ofrecer una recompensa por el ya prófugo? ¿Por qué finalmente fue la justicia estadounidense y no la mexicana la que...

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