Denise Dresser / Dos derrotados

AutorDenise Dresser

Qué incomodidad presenciar a López Obrador aplaudiéndole a Trump. Qué desasosiego escuchar al Presidente de todos los mexicanos alabar a quien lleva cuatro años insultándolos, persiguiéndolos y maltratándolos. Qué desconcierto ver a la izquierda nacionalista justificar la exaltación al blanco supremacista. Y peor aún, ver la construcción de una narrativa gubernamental celebrando la reunión en la Casa Blanca como el triunfo de la diplomacia, cuando el "éxito" está definido en función de lo que no pasó. No se pelearon. No se recriminaron. Podría haber sido peor, insisten quienes ya colocaron la vara de medición de la relación bilateral al ras del suelo. Pero el respeto mutuo profesado está lejos de erigir a AMLO en un estadista, o de convertir una relación de subordinación en un romance duradero. Ambos consiguieron lo que querían, pero es incierto que el affair de una noche vaya a ser algo para conmemorar.

Trump usó a López Obrador de estante electoral, sobre el cual colocó los gestos de acercamiento a una comunidad latina cuyo apoyo necesita e irá a buscar. Usó a AMLO como florero dentro del cual puso rosas rojas para romancear a los hispanos en estados clave como Florida, Arizona y Texas. Usó a su contraparte como escudo protector: cada vez que lo denuncien como racista y antimexicano, sacará la foto del presidente mexicano avalando -tácita y presencialmente- el discurso trumpiano. Si una foto vale más que mil palabras, obtuvo la que quería. AMLO sonriente, displicente, comparando al peor presidente de Estados Unidos con dos admirados como los mejores. AMLO haciendo todo lo posible por no contrariar a su cuate y por ello no se reunió con Joe Biden, o con los líderes del Partido Demócrata, o con las organizaciones de migrantes, o con los Dreamers beneficiarios del programa DACA que quiere destruir. El viaje fue para apoyar al bully de la cuadra, no para denunciar cuánto daño le hace al vecindario.

Y a cambio de su silencio sobre temas controvertidos, AMLO obtuvo lo que quería. La oportunidad de viajar de forma austera en un vuelo comercial, y presumirlo. Pronunciar un discurso en el que se remitió vagamente a los agravios del pasado, para poder eludir los embates del presente. Gritar "Viva México" en la Casa Blanca para que muchos de sus seguidores se sintieran dignificados y representados. Promover las...

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