Denise Dresser / Corte contrapeso

AutorDenise Dresser

Una Suprema Corte sin cuotas y sin cuates. Un Tribunal Supremo sin sometimientos al gobierno en turno ni conformada para hacer sus encargos. Un recinto autónomo que haga valer la Constitución y no la ignore cuando el Presidente se lo pida. Un poder que actúe como contrapeso robusto y no como comparsa a ratos. Eso es lo que la democracia mexicana requiere y no ha logrado consolidar de manera consistente desde la reforma zedillista de 1994. Nuestra Corte ha tenido destellos de independencia y sombras de sumisión. Ha votado sentencias garantistas y también ha asumido posturas cuatistas. Tenemos una SCJN vulnerable a las presiones presidenciales y eso deriva de cómo se nombra a los ministros: un proceso de designación fallido produce Medinas Moras y Ministras Contratistas; encumbra a personas que llegan para cuidarle las espaldas al grupo político que los nombró. Ese fue el problema ayer y sigue siendo el problema hoy.

Problema reflejado en momentos clave en la actuación de la Corte, cuando se doblegó ante la exigencia o la presión presidencial. Cuando hizo lo que Felipe Calderón demandó en el caso de Florence Cassez. Cuando hizo lo que el Presidente exigió en el caso de la Guardería ABC. La tan vilipendiada sociedad civil, organizada en el movimiento #SinCuotasNiCuates lleva años señalando los vicios recurrentes en la conformación de la Corte. La colocación de amigos leales en vez de juristas notables; la imposición de personas poco calificadas pero políticamente alineadas. Se reclamó por Medina Mora nombrado por Peña Nieto, y se reclamó por Yasmín Esquivel nombrada por López Obrador.

¿Por qué colocar en la Corte a personas cuyo desempeño ha sido tan cuestionable? ¿Por qué postular a un puesto jurídico de la mayor importancia a quienes tienen tantos esqueletos en el clóset? ¿Por qué enviar ternas de impresentables y hacer nombramientos "fast track" y convertir a la Corte en un coto más? Las respuestas son obvias: presidentes que se rehúsan a cambiar la forma autoritaria de ejercer el poder que marcó al siglo XX. Presidentes a quienes no les gusta o no entienden los conceptos de "división de poderes" y "contrapesos" como lo definen Montesquieu y The Federalist Papers y la propia Constitución mexicana. Presidentes que podrían respetar y erigir muros democráticos de autocontención alrededor de sí mismos, pero como Bartleby en la novela de...

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