Denise Dresser / Candil de la calle

AutorDenise Dresser

Una imagen vale más que mil palabras, y la de Enrique Peña Nieto anunciando su iniciativa en favor de la transparencia lo dice todo. La fotografía del evento ilustra la contradicción, muestra la tensión, evidencia lo que el PRI sigue siendo aunque prometa lo contrario.

Detrás del Presidente electo están sentados dos íconos de la impunidad, dos indicadores de la premodernidad: Emilio Gamboa y José Emilio González, mejor conocido como "El Niño Verde". El nuevo coordinador de los Senadores priistas y su principal aliado parlamentario, convocados al acto en el cual se anuncia que el PRI combatirá la corrupción. Ambos sonríen. Ambos aplauden. Ambos representan la antítesis de lo que el nuevo Gobierno ofrece y a pesar de ello su longevidad política está asegurada. Ambos apoyan al candil de la calle mientras garantizan la oscuridad en casa.

Oscuridad priista forjada durante décadas de complicidad, sexenios de silencio, años de creer que la corrupción es parte de la labor de gobierno. La corrupción como tuerca, la corrupción como engrane, la corrupción como aceite que engrasa la maquinaria del poder.

Y ahora Luis Videgaray anuncia que habrá una nueva forma de ejercerlo, usarlo, vigilarlo. Con el fomento de la transparencia en estados y municipios. Con la creación de una Comisión Nacional Anticorrupción. Con la fundación de un organismo que regule el gasto público en publicidad vía los medios de comunicación. Todas ellas agendas loables; todas ellas medidas plausibles; todas ellas acciones que la sociedad reclama y que el PRI finalmente hace suyas. "El PRI no se le raja a México", nos dice Emilio Gamboa.

El mismo Senador Emilio Gamboa, quien fue escuchado negociando la suspensión de una iniciativa en el Senado, porque así se lo pidió su amigo Kamel Nacif. El mismo Emilio Gamboa mencionado una docena de veces en el libro de Lydia Cacho, "Los demonios del edén", sobre las redes de complicidad entre políticos y pederastas en Quintana Roo.

El mismo Emilio Gamboa que jamás ha sido investigado o sancionado o cuestionado por su propio partido. Y por eso su proximidad con el Presidente electo despierta dudas sobre el compromiso modernizador del PRI. Un partido que quiere tapar el sol con una comisión; quiere ahuyentar el abuso con dos órganos nuevos; quiere demostrar que combate a la corrupción creando dos instituciones nuevas para administrarla.

Ya hay normas, reglas, auditores, contralores, supervisores, ministerios públicos, fiscales, procuradores y la...

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