Denise Dresser / ¿Barco encallado?

AutorDenise Dresser

La cita de Antoine de Saint-Exupéry lo dice todo. "Si quieres construir un barco no le pidas a los hombres que recojan la madera, y dividan las labores mientras les das órdenes. Más bien enséñales a añorar el vasto e infinito mar".

Eso hacen los líderes. Eso hacen los estadistas. Eso hacen los verdaderos transformadores. Miran más allá de su Presidencia, de su clan, de su tribu, de su partido, de su sexenio. Piensan en el legado que dejarán, en las nuevas rutas por las cuales navegarán.

No usan el poder para apuntalarse; crean instituciones para vigilarse. No temen a los contrapesos; incentivan su creación. Tienen la confianza en sí mismos como para escuchar, dialogar, mirar de nuevo el compás y dar un golpe de timón si eso es necesario.

Eso esperaríamos de alguien que gana con 53.1 por ciento de la votación y 30 millones de sufragios. Eso ansiaríamos de AMLO. Lo grande, lo magnífico. No el lago de Chapala, sino un amplio y extenso mar.

Un océano de posibilidad como el que crearía el Presidente electo si apoyara la transformación profunda de la PGR. Si creyera en la autonomía y profesionalización de una Fiscalía General en ciernes. Si impulsara la reforma al 102 constitucional para lograr algo que México nunca ha tenido: un aparato de procuración de justicia no basado en la cercanía al Presidente, sino en su independencia de él. Un método de selección diseñado no para acercar a los amigos, sino para empoderar a los mejores. Una remodelación de la Procuraduría y un nuevo mecanismo de designación de su titular. Cambios a la cabeza y al cuerpo.

Pero AMLO, el futuro capitán del barco, -al parecer- no quiere modificar de manera sustantiva el perfil o los códigos de conducta de la tripulación. Prefiere que el nuevo Fiscal General sea cercano a que sea competente; prefiere que sea nombrado por él a que sea auscultado por otros. Insiste en que la sociedad civil está intentando sabotearlo, la mafia en el poder está buscando acorralarlo, el colectivo #FiscalíaQueSirva está tratando de engañarlo.

En el fondo teme que si permite un Fiscal autónomo al frente de una Fiscalía fuerte, correrá la misma suerte que Lula. Tiene miedo a un motín a bordo.

Y por ello rechaza lo que probablemente podría ser el cambio más profundo que podría llevar a cabo como Presidente. Una justicia despolitizada, departidizada, al margen de las presiones y las pulsiones del Ejecutivo sí sería una cuarta transformación...

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