Denise Dresser / Apuesta equivocada

AutorDenise Dresser

"Enséñame un apostador y te enseñaré un perdedor", escribe Mario Puzo en El Padrino. Pues los países también apuestan y también pierden y México está a punto de hacerlo. Al abrir la puerta a los casinos, el Congreso abre la puerta del gallinero a los zorros. Al arrojar los dados en favor de los hoteleros, los tira cargados contra los mexicanos. Porque los beneficios forrarán los bolsillos de la casa y los perjuicios vaciarán los bolsillos de quienes acuden a jugar en ella. Porque los empleos creados palidecerán frente a los crímenes cometidos. Porque los impuestos cobrados serán a costa de las adicciones generadas. Con casinos, México se convertirá en un país de perdedores.

Muchos legisladores no lo ven así, no lo perciben así, no lo sopesan así. Comen en hipódromos y viajan a Monte Carlo; reciben beneficios y los otorgan; se reúnen con los empresarios interesados y legislan en su favor. Improvisan. Cabildean. Venden y se venden. Se convierten en representantes de los grandes intereses en vez de defender a los pequeños mexicanos. Elaboran dictámenes al vapor en vez de calibrar sus consecuencias. Ante de la demanda de estudios serios, responden con descalificaciones ligeras. Dicen que ya todo ha sido cuidadosamente analizado. Que ya todo ha sido minuciosamente evaluado. Dicen.

Pero no es así. Los estudios citados para avalar la instalación de casinos sólo contemplan su rentabilidad. Los argumentos usados abarcan la dimensión económica y descuidan el impacto social. Los análisis pregonados sólo hablan del dinero que harán, de los empleos que crearán, del turismo que atraerán, de la recaudación que incrementarán. Enfatizan el lucro mas no los costos. Hablan de dólares pero no de personas. Hablan de la ganancia segura pero no de la criminalidad predecible. Hablan de apuestas pero no de adicciones. Hablan de jugadores que ejercen su libertad pero no de comunidades que pagan el precio. Hablan de garantías individuales, pero no de los atropellados en el camino por quienes las ejercen.

Hablan y dicen que las encuestas revelan el apoyo de la población. Dicen que la opinión pública está de su lado. Pero esa opinión pública sólo ha oído parte de la historia. Sólo ha escuchado el punto de vista de los ganadores potenciales y sus aliados en el gobierno. En México no ha habido un debate amplio y profundo sobre los casinos y sus consecuencias. En México no se ha promovido una decisión informada. En México prevalece la prisa. Prevalece la premura...

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