Nada, sin nada que demostrar

Adriana Díaz Reyes, enviada

ACAPULCO, Gro., febrero 26 (EL UNIVERSAL).- Rafael Nadal ya está cansado de las mismas preguntas. Por momentos luce incómodo cuando lo cuestionan sobre de temas como el ranking ATP o si extraña a su tío Tony en la cancha. No. Al español no le interesa si ocupa el primer o el quinto sitio de la clasificación y se encuentra muy feliz con su equipo de trabajo, liderado por Carlos Moyá.

"Juego porque me gusta, porque disfruto ser tenista; puedo ser el número 5 o el uno y eso no influye en mi rendimiento en la cancha. No creo que ni Roger [Federer] ni yo estemos buscando estar en la cima, esa no es nuestra motivación. En cuanto a mi entrenador no podemos estar hablando siempre del pasado, mi tío es la persona más importante en mi carrera pero ahora me encuentro en otra etapa", comentó el sembrado número uno del Abierto Mexicano de Tenis.

Nadal llega al puerto tras unas semanas de inactividad por lesión. Su abandono en cuartos de final en el Abierto de Australia sembró algunas dudas sobre su asistencia al puerto guerrerense pero el manacorí cumplió su promesa de volver a México.

"Afortunadamente he batallado más con mis rivales que con mis lesiones. He tenido momentos buenos y malos que trato de encarar lo mejor posible. Las cirugías son parte de mi vida y estoy feliz de estar jugando a este nivel a los 31 años, soy un afortunado por haber superado momentos...

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