El demonio que vino del mar

AutorHaydé Murakami

Bastan sólo unas horas para que la naturaleza replantee los destinos de miles de mexicanos en la temporada de huracanes en el 2002. Los tres ciclones, que en menos de dos meses azotan las costas del territorio mexicano, no cobran muchas vidas, pero sí cientos de miles de hogares, empleos, cosechas y esperanzas.

A su paso, los meteoros también dejan al descubierto deficiencias en los mecanismos de prevención de desastres, viejas prácticas discriminatorias para el reparto de la ayuda, y hasta problemas en la vida conyugal de algún Mandatario paseador.

La tercera semana de septiembre "Isidore" logra engañar con su ruta hasta a los expertos. Su cercanía comienza a alarmar en serio tras su paso por la Isla de Cuba, con sus rachas de 160 kilómetros por hora; ordenar la evacuación de la isla de Holbox y otras poblaciones, como Chiquilá, Río Lagartos y el Cuyo, es una acción más de tipo preventivo ante la inminente llegada de "fuertes vientos e inundaciones". Después de todo, los pronósticos apuntan a que el meteoro seguiría rumbo al noroeste sin entrar a la península yucateca.

Pero "Isidore", que es la novena tormenta de la que había sido llamada "una temporada de huracanes relativamente tranquila", toma fuerza en el Golfo de México, se gana la categoría 4 al alcanzar vientos de hasta 300 kilómetros por hora y cambia bruscamente su rumbo la tarde del domingo 22 de septiembre.

El meteoro afecta los territorios de Quintana Roo, Yucatán y Campeche, causando más estragos que el huracán "Gilberto", en 1988; 80 mil familias pierden total o parcialmente sus viviendas, más de 8 mil empleos se pierden en los sectores agrícola, avícola y porcícola debido a los daños que registraron sus instalaciones y 3 mil más entre la industria maquiladora y los sectores de comercio y servicio.

En Yucatán, se reportaron daños en 45 municipios y se declara zona de desastre al 80 por ciento del la entidad. Los cálculos señalan que cerca de 80 mil familias perdieron total o parcialmente sus viviendas. Cinco mil postes de luz cayeron, lo que cuesta a la CFE 800 millones de pesos ("Gilberto" derriba 800).

Los especialistas señalan que la herida que el ciclón provoca en la economía yucateca tardará mucho en recuperarse, pues, de la noche a la mañana, cae a un 1.5 por ciento el crecimiento económico sostenido, que se había mantenido en 4.5 por ciento, uno de los mayores índices a nivel nacional.

"Isidore" se lleva 180 mil hectáreas de maíz, por lo que no pudieron cosecharse más...

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