¡A dejarse querer!

AutorRogelio Elizalde

ENVIADO

PARK CITY.- Esta montaña de Deer Valley (a sólo una hora del aeropuerto de Salt Lake City) queda muy guapa todos los días: peinan la mitad de la nieve y dejan al natural el resto, para brindar su mejor cara a los esquiadores, consentidos hasta el extremo.

Otros detalles, como transporte sin costo entre el resort y los hoteles de la montaña, estacionamiento gratuito, cajas de pañuelos desechables en cada rincón, gastronomía refinada tanto en cabañitas como en restaurantes y boutiques para hacer compras en el lodge principal, pueden convertir en niños malcriados a los visitantes.

Un valet de esquí sale a la puerta cada que alguien llega, ayuda a cargar las cosas y muestra el camino por el resort. Una vez equipados, los esquiadores salen a las góndolas y telesillas, donde al menos un par de personas los asisten para que no corran riesgos al montarse.

Algo que distingue a este resort del común de recintos estadounidenses es su estricta política de limitar la venta de entradas, lo cual hace que siempre haya espacio en sus 21 telesillas, 12 de ellas de alta velocidad. Quien llega sin reservación difícilmente podrá adquirir pases para ese día.

A media montaña bien vale una parada en el restaurante Silver Lake, que desde temprano sirve ensaladas frescas, carnes asadas, platos a la parrilla y pan recién horneado. Bocadillos más informales se sirven en las cabañas Snowshoe Tommy's y Cushing's Cabin: chocolate caliente con bombones, café exprés, chili y dulces.

A partir de las tres y media de la tarde los esquiadores emprenden el regreso, ya que el resort cierra los descensos a las cuatro. Aunque eso no significa, para nada, el final del día en Deer Valley. El Après-Ski en el EBS Lounge o el Grocery Café es un seductor ritual que muy pocos se pierden, ¿quién en su sano juicio negaría una cerveza chocolatosa o un vino tinto frente a una gran televisión con hockey o futbol?

Para terminar de relajar el cuerpo, lo más recomendable es regresar al hotel, el cual, si está en esta montaña, seguramente es de lujo extremo. El St. Regis, el Montage y el Stein Eriksen Lodge son las tres propiedades más ostentosas de la zona, y cuentan con masajistas especializados, así como productos de última generación.

Aquí el último es el alimento estelar del día, en el restaurante Mariposa, refinado pero cálido. Hay que llegar con espacio suficiente para los cinco...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR