Dejan atrás clichés

AutorAdrián Basilio

En la segunda década de los 60 del siglo pasado hablar de México remitía a los sombreros de charro, los caballos y el tequila, y el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de 1968, no quería eso.

Como creador del Estadio Azteca y la Basílica de Guadalupe ya era reconocido en el mundo de la arquitectura y quería que México fuera ubicado como un país que podía demostrar estar en la inercia del progreso en todos los sentidos. Pero sin perder su identidad.

Fue así como se le ocurrió hacer el logotipo de los Juegos de la XIX Olimpiada, los primeros que se harían en una nación "en vías de desarrollo", y se apoyó en un equipo encabezado por Eduardo Terrazas, Manuel Villazón y Beatrice Trueblood.

Además, de acuerdo con su hijo, Javier Ramírez Campuzano, tenía todo el respaldo y la confianza del Presidente Gustavo Díaz Ordaz.

"Cuando mi papá lo va a ver, le dice que no tenía ninguna relación con el deporte; entonces, el Presidente le dijo que no lo llamaba para que compitiera, que era un problema de organización y tendría asesores, pues tenían que dar la imagen de un País moderno capaz de enfrentar un compromiso como éste", cuenta Ramírez Campuzano.

"Mi papá conceptualizó toda la imagen, él la supervisó y bajo sus órdenes se desarrolló y salió de sus oficinas. En México no había diseño gráfico porque todo se hacía a mano, eran artes gráficas. Sólo había una escuela de diseño que había fundado el arquitecto Manuel Villazón, y mi papá le llama y se trae a un grupo de egresados muy competentes, pero no son suficientes", recuerda.

"Todo el equipo creativo era de 250-300 personas, porque había que armar una carta olímpica cada 15 días, un boletín cada mes, amén de programas, calendarios, diseñar programas por deporte, además de todos los formatos que requieren las formalidades de registros, control y todo eso", añade.

Basándose en el arte huichol -de hecho un grupo de estos indígenas participó en el diseño en general- y una paleta de casi 20 colores, Ramírez Vázquez y su...

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