Deja labor rural; cultiva su talento

AutorJessica Castañeda

Desde que tiene 6 años, Leonardo Domínguez ha pasado sus veranos bajo el sol del campo del Estado de México, como campesino o albañil, pero en este año realizará un trabajo nuevo para él, pero con el que no se ensuciará las manos: busca ser uno de los jóvenes más talentosos del País.

Leo, como le llaman de cariño, fue invitado y después elegido para ser uno de los 118 estudiantes de prepa y secundaria de México y Estados Unidos que estudian en el Center for Talented Youth (Centro para Jóvenes Talentosos) en Monterrey por su sobresaliente talento y capacidad intelectual.

Gracias a su 9.7 de promedio, Leo, de 17 años, fue invitado a presentar en Toluca la Prueba de Aptitud Académica, utilizada como examen de admisión a instituciones de Educación Superior, y que fue utilizada como un filtro de detección de talentos.

Sin haber repasado nada previamente, Leo se ganó un lugar entre el reducido grupo de los jóvenes más talentosos del País para participar durante tres semanas en el programa intensivo donde tiene jornadas de siete a ocho horas de estudio.

Económicamente el reto era casi imposible. El curso tiene un costo de más de 3 mil dólares más el traslado, y los papás de Leo deben mantener a una familia de nueve integrantes con sólo mil 200 pesos a la semana.

"Yo dije, 'pues si me dan la beca, puedo ir, si no, no creo pagarlo'", recuerda el joven entrevistado durante un receso de su clase de Probabilidad, en el quinto piso del CIAP del Tec de Monterrey.

Así el Instituto Mexicano para la Competitividad, la Secretaría de Educación y el Ayuntamiento de Donato Guerra, en el Estado de México, ayudaron para cubrir la cuota y el traslado de Leo, quien sobresale de sus compañeros por ser el único que usa sombrero.

"Después nos dijeron que necesitaba muchas cosas para traer y yo no tenía ni ropa", expresa el estudiante de segundo grado en la Preparatoria Oficial 112 en Donato Guerra.

Entonces sus maestros, compañeros y conocidos se movilizaron para comprarle ropa y reunirle 800 pesos, casi de moneda en moneda, para que él pudiera usarlos en caso de una emergencia. Era un requisito.

"Mi pueblo me ha estado apoyando...

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