Deja su firma el Mandatario

AutorDaniela Rea

Enviada

TLACOACHISTLAHUACA, Guerrero.- En casi todas las casas de esta comunidad de indígenas amuzgos, enclavada en las montañas de la costa chica guerrerense, hay una carta con la firma del Presidente, acompañada de la palabra "Recibí".

Quien la tiene, posee la prueba de que aquella mañana del 6 de diciembre, en la primer gira presidencial de Felipe Calderón, habló personalmente con él para contarle su problema y pedirle su apoyo.

La tiene Alma Nidia López, de 27 años, cuyo hijo Christian padece convulsiones y parálisis cerebral. También Yadira Hernández, que desde hace año y medio no recibe medicina del ISSSTE por falta de abasto. Y Salomón González, quien pidió lluvias para el maíz.

"Él recibió una copia de mi carta y me firmó la mía. Luego abrazó al niño. Un mes y medio después llegó una carta de la Presidencia, que mi solicitud sería canalizada al DIF estatal, pero me hablaron de allá diciendo que no me podrían ayudar porque todo es muy caro", dice Alma, a mitad de una convulsión que le puso los huesos tiesos y entumidos a su hijo de tres años.

Fue también el destino de la solicitud de Yadira. "Me llegó una respuesta de la oficina Presidencial, que mi petición la iban a mandar al ISSSTE, con el director Miguel Ángel Yunes, y que lueguito él se comunicaría con nosotros para resolvernos el problema, pero es la fecha de que no hay llamada, ni carta, ni medicinas".

A Salomón González, vestido en su traje de manta, no le llegó ni una carta a su casa. A él no le importa mucho, porque dice, seguro llegará la lluvia para el mes de junio.

Esa fue la huella que dejó el paso del Presidente por esta comunidad donde dijo a los indígenas amuzgos, vestido como ellos con camisa de manta y collares de flores, que podían contar con él todos y cada uno de los días de su mandato, pues la deuda con los marginados debe ser pagada con hechos y acciones del gobierno.

'No le creo'

Aquella mañana calurosa del 6 de diciembre, Alma Nidia dirigía con una mano la silla de ruedas de su hijo Christian. A empujones y gritos, se abrió paso entre los elementos del Estado Mayor Presidencial que habían puesto vallas alrededor del zócalo, donde estaría Calderón.

Con la otra mano sostenía la carta para el Presidente, escrita en la computadora de la escuela con ayuda de su esposo, pues ella es analfabeta.

"Me es grato dirigirme ante su digno cargo con la única finalidad de solicitar su intervención apoyándome para una tina de masaje que mi hijo necesita para su terapia y las...

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