Deja Doña Lydia tesoros artísticos

AutorFélix Barrón y Gabriela Villegas

Un tesoro en marfil fue admirado ayer por decenas de visitantes en el Museo de Historia Mexicana en el Día del Patrimonio de Nuevo León.

El espacio, la Sala Marfiles, que alberga 200 piezas de los siglos 16 al 19, provenientes de Filipinas e India, existe desde el 2011 gracias a la generosidad de doña Lydia Sada de González, quien entregó al museo en comodato su colección, única en América Latina, para ser vista y disfrutada por todos.

La coleccionista y mecenas regia, quien falleció ayer a las 7:00 horas a los 99 años de edad, también dejó en comodato al mismo espacio cultural su colección de pinturas de castas, un tesoro artístico e histórico que concentra importantes firmas del género.

Para ello se adecuó la Galería de Casta Mexicanas, cerrada temporalmente, con las 117 pinturas.

"Mi familia comenzó a coleccionar pinturas de castas y, probablemente, se interesó por lo poco conocido que eran o tal vez por la estética que prevalecía en el siglo 18", señaló Sada, en entrevista para EL NORTE, en octubre del 2013 cuando abrió dicho espacio en el museo, que ha recibido 266 mil visitas.

La Sala Marfiles ha sido vista por 673 mil 316 personas.

"Muchas de las visitas que tenemos en 3Museos vienen en específico a ver estas colecciones de Castas y Marfiles. Para nosotros es una lamentable pérdida su muerte", dijo ayer Magdalena Cárdenas, directora de 3Museos.

GRAN COLECCIONISTA

El coleccionismo que la distinguió lo heredó de sus padres, Roberto G. Sada García, uno de los fundadores de Cydsa y Vitro, y Mercedes Treviño de Sada.

Doña Lydia fue esposa de Rodolfo González Garza, fundador del Consejo Mexicano de Comercio Exterior, fallecido en 1994.

Sus hijos son Tomás González Sada, presidente del Consejo de Administración de Cydsa, David González Sada y Pablo González Sada, quien perdió la vida en un accidente aéreo en el 2012.

El promotor cultural Gerardo Puertas consideró significativo que su muerte se haya dado justo en el Día del Patrimonio de Nuevo León, pues sus acervos y su ejemplo representan un gran patrimonio para el Estado.

"Ella manifiesta un profundo amor por el arte, en particular, aunque no exclusivamente, por el arte de la Nueva España, y un profundo amor por la Ciudad y el Estado en el que ella habitó. Su legado es importantísimo para la historia cultural de la Ciudad. Es una de las principales promotoras de las artes que hemos tenido", indica el también poeta.

"Se preocupó por obtener las piezas, restaurarlas y traer investigadores...

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