Deja Corea marca

AutorMario Abner Colina

BTS, la única boyband capaz de rivalizar con los Beatles en listas de popularidad, es una de las "marcas" que más aporta al producto interno bruto de Corea del Sur.

La sensación de K-Pop, que acaba de lanzar el disco Map of the Soul 7, arrasa en las ventas de los principales mercados del mundo y significa para la economía sudcoreana 4 mil 650 millones de dólares, según Forbes.

Gracias a ventas de discos, shows y mercancía, su poderío es similar, dicen especialistas, al de la aerolínea nacional, Korean Air.

La victoria de Parásitos (de Bong Joong-Ho) en los Óscar con 4 estatuillas es una confirmación de que la cultura pop del país asiático está en fase de conquista y dominación mundial.

El Ministerio de Asuntos Exteriores del País determinó a inicios de año que el hallyu ("ola", colonialismo cultural coreano) creció el año pasado en un 11 por ciento.

Eso es que los productos y talentos de la nación (con una población de más de 50 millones) consiguieron 100 millones más de fans.

Su propagación fue lenta: primero a nivel local, luego a regional. Hoy el mundo entero ya sabe de entretenimiento coreano.

K-CINEMA

El cine surcoreano y su industria son potencia tanto a nivel artístico como comercial.

Además de Bong Joon-Ho, lleno de Óscares por Parásitos, otros emblemas son Park Chan-Wook (Gran Premio del Jurado en Cannes), Kim Ki-Duk (León de Oro en Venecia) Lee Chang-Dong y Hong Sang-Soo, quien ganó el Oso de Plata a Mejor Director en la pasada Berlinale.

Corea del Sur es el quinto mercado fílmico del planeta. En 2019, su taquilla redituó mil 610 millones de dólares, la mitad de esa cantidad conseguida por títulos locales.

Fue uno de los pocos países donde Avengers: Endgame no reinó; el primer sitio de ingresos fue la comedia Extreme Job (117.4 millones de dólares).

Antes de los 90, el cine surcoreano era objeto de vigilancia y hasta censura, pero encontró sus espacios, territorios y admiradores.

Su primer hit moderno fue el thriller Shiri, estrenado en 1999, punta de lanza de un nuevo cine, con abundantes blockbusters al más puro estilo de Hollywood. Seis y medio millones de surcoreanos la vieron, derrotando a el récord de Titanic.

En 2002 llegó el drama de acción Silmido, que acarreó a salas a 10 millones de personas.

"En realidad su cine no ha jugado un papel tan importante (en su colonialismo cultural), sobre todo...

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