Deja agro sin cultivar súpergrano

En México se puede cosechar arroz y frijol que se cuecen en menos de 10 minutos; cacahuates tan grandes como una almendra; toneladas de cebollas del mismo tamaño y color, y jícamas con mejor apariencia.

Sin embargo, ninguno de estos beneficios, que llevó años de investigación y recursos públicos en el País, los disfruta ni el consumidor ni el productor nacional.

Esto sucede por la escasa o casi nula vinculación entre la investigación agrícola y el campo mexicano.

El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), el organismo más representativo de la investigación agrícola y que depende del Gobierno, tiene entre sus logros el desarrollo de variedades de jícama, ajo, amaranto, arroz, cebada, trigo, avena, maíz.

Todos estos productos podrían ser cultivos de alto rendimiento por el aumento en producción, mejor apariencia, resistencia a las plagas y mejor calidad para la exportación, sin embargo, no se aprovecha como debiera.

De acuerdo con especialistas, las razones de la desvinculación son: que los productores no utilizan las innovaciones por un problema de tradición, el otro punto es que el INIFAP no cuenta con un esquema de comercialización para hacer llegar sus avances a todas las regiones del País.

Y por último, que algunas organizaciones nacionales han solicitado alguna investigación, como los productores de frijol, pero los resultados...

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