Defensor del agua y de una cultura ancestral

(35, Tercer Presupuesto. MATERIAL EXCLUSIVO PARA MEDIOS IMPRESOS. QUEDA PROHIBIDA SU PUBLICACIÓN EN INTERNET)MÉXICO, D.F., octubre 10 (EL UNIVERSAL).- La mañana del 11 de septiembre, cerca de las 9:30 horas, cuando caminaba por calles de Vícam —una de las ocho comunidades de la tribu yaqui— una camioneta blanca se acercó a Mario Luna —un hombre que desde niño se interesó por las tradiciones de su pueblo y que desde entonces vive con lo mínimo, en concordancia con la naturaleza, uno de los preceptos fundamentales de la etnia—. Era un día caluroso, el termómetro superaba los 40 grados centígrados; del vehículo descendieron varias personas y detuvieron al hombre de 42 años, vocero del pueblo.

No eran civiles; se trataba de judiciales en vehículos no oficiales que acudieron a detener al dirigente, acusado de la privación ilegal de la libertad y robo de vehículo. Quienes lo defienden aseguran que le fabricaron los delitos por su activismo, pues el hombre —a quien desde niño lo instruyeron sobre las leyes, las costumbres y los protocolos de la etnia— el día de los hechos no se encontraba en el lugar, comentan vecinos, con recelo ante los yoris, como nombran a las personas que no son de su tribu.

Tras la “desaparición”, sus familiares y amigos no supieron nada de él; hasta la noche cuando se les informó de manera oficial que fue aprehendido por autoridades judiciales. Primero se lo llevaron a Ciudad Obregón, de ahí a Novojoa y luego, en helicóptero, lo trasladaron a Hermosillo.

Dos meses antes, el 11 de julio, Tomás Rojo, otro de los líderes yaquis con mayor peso, denunció que militares y judiciales catearon las casas de ambos dirigentes; ingresaron sin permiso; llegaron en una Hummer y un Jeep, dos vehículos de la Policía Federal, y después se unieron dos patrullas del municipio de Cajeme, dos de la Policía Estatal Investigadora acompañados de un Ministerio Público. Iban por él y por Mario Luna.

Del primero, Tomás Rojo, se desconoce su paradero, pues está escondido, ya que también hay una orden de aprensión en su contra; el segundo, Luna Romero, está detenido en Hermosillo, y además fue aprehendido Fernando Jiménez por este caso.

El nombre de Mario Luna tomó relevancia desde 2010 cuando pueblos yaquis comenzaron la lucha por lo que llamansu agua. No fue casual su presencia. Desde niño aprendió de los más grandes del pueblo el empeño y disciplina; se preparó para participar en las actividades importantes de la tribu hasta que llegó a ser...

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