En defensa propia

AutorAlejandra Carrillo

Aunque ha dedicado toda su vida a la literatura, a la poesía en específico, las búsquedas de su nombre en Google arrojan todo menos literatura recientemente.

Lo que más arroja es una polémica política que lo ha colocado casi al centro de las conferencias mañaneras del presidente Andrés Manuel López Obrador en múltiples ocasiones.

Guillermo Sheridan (Ciudad de México, 1950) ha sido un férreo crítico de la política del Palacio Nacional y eso le ha traído muchos enemigos. Tanto que su seguridad ha sido una de las consideraciones más importantes en su visita a Guadalajara, a propósito del programa de la UNESCO que coloca a la Perla Tapatía como la Capital Mundial del Mundo.

Acá vino a hablar de crónica y de literatura y aprovechó para ocuparse un poco de la nostalgia.

"Significa que ya me voy a morir", dice con ironía.

En Guadalajara vivió seis años, pero seis años cruciales en el paso de la infancia a la adolescencia. Acá recuerda sus idas a una librería del Centro, a unas cuadras de Juárez y a la competencia que sostenían sus abuelas, una mexicana y la otra estadounidense, por su interés.

"Leían poesía en voz alta en sus idiomas. Las dos se dieron cuenta de que era un chico sensible y que me producía una fascinación especial al escucharlas leer poesía. Crecí en un ambiente en el que la poesía tenía un carácter casi sagrado y quizá la poesía es una forma secular de lo sagrado, con el culto de la palabra, el silencio y el culto con el que se hacen las religiones", explica.

En ese sentido fue natural que eligiera como carrera estudiar literatura y que escribiera desde muy joven, para desentrañar eso que le parecía maravilloso.

Luego escribió muchas cosas, sobre todo ensayo, crónica, periodismo y una novela, El Dedo de Oro, en los que el humor, la ironía que lo caracteriza, fue crucial.

Sheridan dice que en algún momento encontró en la escritura un resguardo. Escribía en una manera rara defensa propia, dice.

"Era una manera de defenderme de la hostilidad, del constante agravio de la imbecilidad y de ejercer esta forma...

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