Los declaran monumentos

AutorLourdes Zambrano

Los emblemáticos gigantes de Fundidora, el Alto Horno No. 1 y el Alto Horno No. 3, recibieron la mayor distinción cultural del País.

Los símbolos de la industria regiomontana fueron declarados Monumentos Artísticos de la Nación, en dos decretos presidenciales, publicados ayer en el Diario Oficial de la Federación.

"El Alto Horno No.1 es uno de los más notables ejemplos representativos de arquitectura industrial, símbolo de la pujante industria neoleonesa, protagonista de la industrialización de la ciudad de Monterrey y catalizador del desarrollo económico y del crecimiento urbano", se lee en el decreto presidencial.

Casi con las mismas palabras se distingue al Alto Horno No. 3, hoy Museo del Acero, y también esencial para el éxito de la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, fundada en 1900.

"Cuando se habla de patrimonio, tendemos a pensar en pintura, en escultura, en literatura, pero pocas veces pensamos que los edificios destinados a la producción industrial tienen tanta relevancia como aquéllos", dijo Ramón Vargas, director de Arquitectura y Conservación de Patrimonio Artístico de INBA, organismo que tendrá bajo su protección a los dos símbolos.

A partir de este momento, los hornos quedan bajo la custodia de la Nación para protegerlos del daño provocado por las personas y el paso del tiempo, dijo Vargas en entrevista telefónica con EL NORTE desde la Ciudad de México.

Esto garantiza su conservación ante cualquier intento por demolerlos, como ya sucedió con el Horno No. 2, que fue desmantelado entre 1986 y 1990.

La historia detrás

En sus primeros tres años de existencia, en Fundidora se fundían accesorios sencillos.

Cuando llegó de Ohio el primer Alto Horno de Latinoamérica, proveniente de la compañía William B. Pollock, Fundidora se convirtió en la primera siderúrgica integrada del continente, explicó Alberto Casillas, historiador oficial del Parque Fundidora.

Incluso, las chimeneas icónicas del Horno No. 1, por la relevancia que la siderúrgica tenía para el Estado, se plasmaron en el Escudo de Nuevo León.

En 1967, la empresa cerró el Horno No. 1, y pocos meses después, en 1968, empezó a funcionar el Horno No. 3.

"La Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey ocupó de nuevo el primer lugar en producción de acero en toda América Latina al poseer el horno más grande y automatizado de la época", indica el decreto del Horno No. 3.

Para ese momento, el primer alto horno se salvó de la desaparición, ya que en 1978 la...

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