Una década de cambios

AutorStaff

Desde finales de los años noventa, la Organización Mundial de la Salud reconoció la existencia de una pandemia de sobrepeso y obesidad que ha causado la proliferación de enfermedades no transmisibles y sí prevenibles. A partir de ese momento, en nuestro País, uno de los más afectados, comenzó un debate entre especialistas, organizaciones de la sociedad civil y funcionarios del sector salud para definir las mejores políticas públicas para atender este enorme reto.

A lo largo de tres décadas se han elaborado diversos diagnósticos sobre la causa de esta epidemia y también se diseñaron políticas de prevención. Algunos de estos esfuerzos se dirigieron a regular la publicidad; otros, a controlar la venta de ciertos alimentos y bebidas en las escuelas, y también se han realizado experimentos encaminados a ofrecer al consumidor un etiquetado nutrimental efectivo.

Entonces, ¿por qué en lugar de disminuir, el problema ha crecido? ¿Qué sabemos ya, y qué sigue siendo un reto en materia de combate al sobrepeso y obesidad?

LA EPIDEMIA Y SUS CAUSAS

Tanto la Organización Mundial de la Salud, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), así como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), coinciden en señalar que la epidemia tiene un origen multifactorial, como dimensiones socioculturales, malos hábitos y escasa actividad física, entre otros. Esto quiere decir que necesitamos una política integral y multisectorial para combatirla. Una que incluya, para promover educación alimentaria y estilos de vida saludable, a escuelas, espacios públicos y hospitales, entre otros, para impulsar los hábitos que son el mecanismo más efectivo para detener este problema. Varios de estos espacios comentados son aún materia pendiente en México.

Si bien, las tentaciones de culpar a una sola causa (o ingrediente, o alimento) han sido amplias, las prohibiciones nunca han tenido resultado. Necesitamos programas serios y bien organizados de educación alimentaria, física y de deporte. Ésta es la realidad.

Los hábitos saludables no se forman con la prohibición de comer algún alimento o nutrimento, se forman al aprender a comer de manera equilibrada a partir de los requerimientos de cada persona en cada etapa de su vida, así como el fomento a la actividad física indispensable para tener resultados significativos.

Es un tema, como ya se dijo, multifactorial y para tener éxito, es necesario un compromiso de todos los actores...

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