¿Debería desaparecer la Secretaría de Cultura?
Fecha de publicación | 23 Agosto 2023 |
¿Debería desaparecer la Secretaría de Cultura?; ¿los recursos que ingresan a las zonas arqueológicas y museos del país deben destinarse a los sitios o recintos donde se generan? Estos planteamientos, entre muchos otros y muy diversos, fueron presentados el fin de semana pasado en el Foro Nacional "Arte y Cultura para profundizar la transformación", convocado por Morena para la redacción del Proyecto de Nación 2024-2030.
Antonio Martínez Velázquez, secretario de Cultura de Tlaxcala lanzó la propuesta de discutir la desaparición de la Secretaría de Cultura porque -dijo- “es una institución que no es idónea para la administración de las políticas públicas culturales, ni el presupuesto. Eso era un sueño de (Rafael) Tovar y de Teresa para pertenecer a una élite política, pero en la práctica no funciona”.
No voy a entrar a discutir este punto, aunque creo que la transformación del Conaculta en una Secretaría de Estado es más compleja que el “sueño” de Rafael Tovar, y responde al desarrollo de un proceso muy largo atravesado por la elevación de los derechos culturales a rango constitucional, en el que por cierto participaron muchos agentes, creadores y especialistas que hoy son funcionarios o funcionarias del sector. A ellos les dejo esa discusión.
A lo que sí me voy a referir es a un tema que conozco de primera mano: el destino de los recursos autogenerados por las zonas arqueológicas y museos. Propuso Martínez Velázquez una reforma a la Ley Federal de Ingresos para que los recursos autogenerados se destinen al lugar donde ingresan. Y ejemplifica: “Chichén Itzá tiene 400 millones de pesos y nada de ese dinero se queda en Chichén Itzá. Si no hubiera pasado el Tren Maya, no le meten un centavo”.
Con todo respeto y sin descalificar, esa afirmación es una mentira. Casi tan grande como la Pirámide de Kukulkán. Él lo sabe, o debería saberlo, pues fue durante casi tres años vocero y director general de Comunicación Social de la Secretaría de Cultura federal, que ahora propone desaparecer para sustituirla por un “sistema nacional con personalidad jurídica y patrimonio propio” que mantenga “una relación sana con la comunidad cultural” y “articule” desde “casas de cultura ejidales” hasta instituciones estatales, como el Instituto Tlaxcalteca de la Cultura al que llegó como director general en septiembre de 2021, y que, paradójicamente, cuatro meses después se convirtió en secretaría.
Si a Chichén Itzá no le hubieran metido un centavo antes del Tren Maya, ya...
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