Deberán buscar a un heredero real

AutorRicardo Vargas

Pese a que el Príncipe Alberto II de Mónaco ya tiene dos hijos, tendrá que buscar al menos uno más con su futura esposa Charlene Wittstock si desea que su descendencia continúe en el Palacio de los Grimaldi.

Sin hijos de ese matrimonio, la gran beneficiada sería Carolina, su hermana mayor, quien desde la muerte de su madre, Grace Kelly, no sólo es la Primera Dama del país sino la primera en la línea de sucesión al trono monegasco si Alberto pereciera o abdicara.

Su padre, el difunto Príncipe Rainiero III cerró la puerta y le echó candado a la sucesión de hijos ilegítimos al trono de Mónaco en 2002 cuando modificó el artículo 10 de la Constitución en el que se detallan las normas para designar al monarca.

La reforma consistió en detallar que el sucesor al trono del segundo país más pequeño del mundo, justo después del Estado Vaticano, debía ser un hijo legítimo del Príncipe, lo que significa que debe haber nacido de un matrimonio católico válido.

La inclusión de esta palabra, para gusto de algunos y disgusto de otros, será un impedimento para que Alexandre Eric Stephane, quien cumplirá 8 años en agosto, y Jazmin Grace, de 19, puedan gobernar ya que, a pesar de haber sido reconocidos por Alberto II, son hijos ilegítimos.

La azafata Nicole Coste y la mesera Tamara Rotolo, ambas compañeras sentimentales del "incasable" Alberto, de 53 años, del que incluso se ha cuestionado su orientación sexual, nunca podrán ver a sus hijos coronarse ni heredar algún título nobiliario.

Con la reforma constitucional impulsada por Rainiero quedó bloqueada la posibilidad de acceder al trono a hijos ilegítimos de un Príncipe reinante, aunque...

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