EN EL DEBATE / Turismo... ¿seguro?
Luis Felipe Nuño
El 25 de mayo del 2009 el Presidente de la República inicio con el programa "Vive México", diseñado para impulsar el turismo nacional e internacional frente a los grandes retos de la seguridad en nuestro país, de la metamorfosis de las economías globales y de los resultados en el reclamo medioambiental y las pandemias.
Evidentemente estamos ahora frente a un fenómeno único, la actividad turística ha pasado a una nueva fase. Si se encontraba en la tibieza del valor del discurso político como prioridad nacional, ahora está pasando lentamente a una fase más profesional y estratégica donde se reconoce que se requiere de una real y mayor inversión monetaria para la implementación de campañas, de difusión seria y dirigida a más segmentos y nuevos mercados potenciales.
El camino es largo, y el Turismo requiere de macroinversiones sustentadas en estudios fidedignos y estratégicos, con resultados tangibles y medibles, alejados de compromisos políticos y de corrupción.
Más que en tela de juicio si los resultados de la campaña "Vive México" son los más óptimos, y reconociendo que aún falta mucho, hago hincapié a éstos que son los primeros esfuerzos por reconocer la importancia del Turismo en un mundo global.
Desde luego que nadie va a discutir la estrecha relación que tiene el impacto de la seguridad en la actividad turística y por ende en el desarrollo de los destinos. El Turismo es una actividad que se desarrolla en una constelación de alta vulnerabilidad.
Como mexicanos, nuestro compromiso es asumir todas y cada una de las responsabilidades que nos corresponden ante el reto de esta compleja actividad y de la vinculación que tiene en materia de seguridad y, especialmente, de mejora en todo lo que realizamos. No son suficientes las sonrisas.
Los turistas viajan para satisfacer necesidades de descanso, diversión, apreciación de la belleza natural o artística de un lugar, como obsequio de nuestros antepasados o de la creatividad y diseño de la modernidad en el presente, con el fin de disfrutar simple y llanamente de su derecho al ocio.
Apelo e invito a una profunda reflexión, vamos a hacer un viaje al origen. A caso nuestros niños no tienen el derecho a descubrir, al lado de sus familias, los atractivos y las bondades potenciales que tiene este amplio territorio, en un espacio que garantice la seguridad y dé la certeza de que se recibe más por lo que se paga.
Quién no recuerda con alegría el disfrute de percibir por primera vez el...
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