EN EL DEBATE / Retos de seguridad

Salvador Caro

Los habitantes de esta metrópoli, como la mayoría de los mexicanos, conciben la seguridad pública como un derecho que se les debe otorgar de manera individualizada de forma que la vida, la integridad, el patrimonio de cada uno, así como sus derechos y libertades estén siempre protegidos, que estén seguros en sus hogares, en su cuadra, en los traslados a su trabajo y de regreso, etc.

Y tienen razón, esa es la aspiración de todos y la obligación del Estado y los Gobiernos.

La realidad es que las instituciones de los tres órdenes de Gobierno atienden esta función con un bajo grado de articulación y bajo un principio común: resuelven necesidades ilimitadas con recursos escasos.

Enrique Alfaro es un líder social dispuesto siempre a asumir los costos políticos necesarios para construir soluciones de fondo, de mediano y largo plazo; en esa lógica ha propuesto junto con los Alcaldes Lemus, Limón y Uribe, la creación de la Agencia Metropolitana de Seguridad (AMS).

Esta es la respuesta a las exigencias de los ciudadanos y una puesta al día en la materia bajo el entendimiento que la Ciudad es un espacio común para generar tranquilidad y felicidad para sus habitantes.

La AMS tendrá la responsabilidad de articular esfuerzos y recursos dispersos bajo principios tales como la sinergia, la concentración, la integralidad y la economía de escalas, para alcanzar la paz y el orden.

El modelo que se promueve es una policía orientada a la solución de problemas basada en la inteligencia integral y la proximidad social, bajo un sistema operativo único con una regionalización territorial homogénea basada en cuadrantes, algunos con intervención intermunicipal. Se busca en un plazo de 2 años homologar perfiles, salarios, niveles de capacitación y estándares éticos y de desempeño. Los objetivos planteados son reducir los índices delictivos y construir una nueva cultura cívica.

Las condiciones necesarias para cumplir con las aspiraciones de los ciudadanos son la suficiencia presupuestal para garantizar su funcionamiento y promover la dignificación de las condiciones laborales de todos los policías; por ejemplo, la posibilidad de pensionarse a los 25 años de servicio; y un agresivo programa de depuración de quienes están presumiblemente vinculados con la delincuencia o han cometido un delito doloso.

Con recursos limitados, hay 3 campos de oportunidad que permiten mejores resultados: desarrollar lo que no hay, mejorar lo que no funciona y fortalecer lo que...

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