EN EL DEBATE / Reflexiones en sociedad

Óscar Benavides Reyes

La ley de la vida nos prepara para enterrar a nuestros padres, pero nunca a nuestros hijos. Dicen que no hay dolor más grande que perder a un hijo y es mayor aún si es de una forma trágica. Me uno a la pena que embarga a las familias de Andrés y Luis Antonio. Este asesinato, indignante e irreparable, cimbró a la sociedad tapatía, pero también obliga a un análisis más profundo.

La posición geográfica de México es envidiable, entre Estados Unidos y Centro-Sudamérica, entre Europa y Asia. Pero esta dulce ubicación que promete intercambio comercial, desarrollo y prosperidad, también tiene su lado amargo: es una encrucijada natural para el trasiego de estupefacientes producidos en Sudamérica o Asia y consumidos en Estados Unidos.

El blindaje de las fronteras norteamericanas y el endurecimiento de las políticas migratorias, derivadas del ataque terrorista de las Torres Gemelas en Nueva York, complicaron las rutas de entrada de la droga a Estados Unidos y promovieron su consumo dentro de México.

Esta problemática es sencillamente una cuestión de mercado: si hay oferta es porque hay demanda, y en la demanda inciden dos poderosos factores sociales.

El primero de ellos es el bono demográfico, fenómeno poblacional donde existen más personas en edad de trabajar que las económicamente dependientes. Esta "ventana de oportunidad demográfica" realmente es un arma de doble filo.

Nuestro País no ha creado las condiciones necesarias para que el sector productivo absorba la demanda anual de casi un millón de empleos, la mayoría proveniente de jóvenes en edad productiva. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, del total de jóvenes egresados de la universidad, sólo el 30 por ciento encuentra trabajo en el primer año, y de éstos, sólo el 28 por ciento realiza labores acordes con lo que estudió.

Se podría pensar que tenemos una válvula de escape en EU, pero un estudio reciente de la Universidad de Princeton muestra que la tasa de migración a ese país se ha reducido a la máxima expresión. Los mexicanos de escasos recursos que aspiran emigrar a EU han visto un fuerte cambio en las últimas dos décadas derivada de un mayor costo y riesgo de traslado, una menor rentabilidad (de un factor de 10 a 1 en los 90 ha bajado a cerca 3.7 a 1). Además, México ofrece hoy asistencia social que antes no existía, como el Seguro Popular.

Todo lo anterior nos hace preguntarnos, ¿qué pasa con los jóvenes que no encuentran trabajo formal? La...

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