EN EL DEBATE / Radiografía del caos

Carlos Manuel Orozco Santillán

Las advertencias del Secretario de Movilidad, Servando Sepúlveda, acerca del caos vial que le depara a los habitantes de Guadalajara para el próximo 2017 por el cierre total inminente de vialidades tan importantes como Ávila Camacho y una sección de Federalismo, resultan alarmantes considerando el desorden que ya existe en la Ciudad.

Por otra parte, la preocupación de los hoteleros de la Avenida Revolución y Calzada Independencia, que padecen el cierre de la vialidad en los ingresos principales de sus negocios, se convertirá en irritación cuando tengan que soportar el cierre de la principal arteria colectora de las cercanías. Esto es sólo una muestra de los 106 puntos críticos que pronto se expresarán por nuestra caótica urbe, distintiva por su extraordinaria incapacidad para coordinarse en ausencia de una acción colectiva de la planeación en obra pública.

Obras de infraestructura -sin duda necesarias- que habrán de generar molestias y mayor estrés para los tapatíos como consecuencia del abandono al Área Metropolitana de Guadalajara en materia de infraestructura vial por más de 50 años, en los cuales las únicas obras trascendentes que se realizaron fueron el Periférico, Avenida Federalismo y el viaducto Lázaro Cárdenas; en una ciudad sin precedente de una obra tan impactante y con la envergadura de la Línea 3 del Tren Ligero.

Asimismo, iniciada la obra de la conexión entre López Mateos y Periférico Sur en el cuadrante sureste; cerrada parcialmente la vialidad en López Mateos de Mariano Otero a Vallarta en sus carriles centrales; e iniciada la reconversión en Zona 30 en la Colonia Mexicaltzingo de Guadalajara que mantendrá cerrada la Calle Colón entre Niños Héroes y La Paz, el caos vial es predecible.

En ese contexto y considerando el vertiginoso crecimiento del parque vehicular (casi 300 por día) en nuestra Ciudad, y ante la falta de un transporte colectivo eficiente, nadie se opone a desarrollar infraestructura, sino a demandar una eficiente planeación y coordinación en la suspensión de vialidades para estas necesarias obras.

El hecho de que cada nivel de Gobierno y prácticamente cada Municipio de la región conurbada tengan su propia agenda de intervención y suspensión total o parcial de vialidades es una expresión absurda del subdesarrollo programático.

La necesaria intervención de una autoridad coordinadora desde el Ejecutivo del Estado no se resuelve sólo con la presencia de más policía vial, sino con el...

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