EN EL DEBATE / Pulso por el poder
Braulio González
No fue necesario que pasara demasiado tiempo para tener claridad del tono que caracterizaría la relaciones políticas e institucionales entre el gobierno estatal de Aristóteles Sandoval y el municipal de Enrique Alfaro.
Hoy ya es bastante evidente que la mira está puesta en los escenarios electorales del 2018 y que ambos equipos están enfrascados en una disputa por la apropiación de la agenda en todas sus dimensiones y alcances.
Las responsabilidades del Gobierno del Estado como del Ayuntamiento de Guadalajara que implican, entre otras cosas, la prestación de servicios públicos, la construcción y mantenimiento de obra, la administración de subsidios, el desarrollo social y la puesta en marcha de proyectos estratégicos, están marcadas por la perspectiva de la rentabilidad política.
La naturaleza propia de las disputas políticas implica resaltar los contrastes como una estrategia de diferenciación. Un político no es sólo lo que significa por sí mismo sino también por los significados que logra crearle al otro y que suelen ser peyorativos.
La estrategia de la confrontación parece ser el recurso que ambos bandos han elegido. La competencia es más que evidente. En algunos casos caso se plagian ideas o por lo menos se acusan de ello, en otros se cuestionan las políticas y decisiones, o reclaman a la contraparte por sus exabruptos o desatinos, y en otros más los acusan de filtraciones o manipulaciones.
En todo caso se trata de diferenciarse con toda claridad, restando margen de méritos a su opositor.
Por parte del equipo alfarista la apuesta está mucho más definida. Hay nulas dudas de que Enrique será el candidato a gobernador con Movimiento Ciudadano, sin él o a pesar de él.
En el equipo del Gobernador, por el contrario, todo se percibe aún muy difuso. La falta de claridad en los liderazgos del gabinete impide tener certezas sobre los perfiles de quienes estarían disputando las principales posiciones.
Son estos escenarios los que propician que, como en las peleas de box, las bravatas y roces se generen antes de que inicie el primer round, con la intención de anticipar presiones, causar efectos o generar estragos.
El más reciente capítulo de esta guerra giró en torno a las fuentes de abasto de agua para la ciudad, y fue protagonizado por Francisco Ayón en su calidad de presidente de Administración del SIAPA, quien acusó de retórico y desinformado al Alcalde tapatío y éste le devolvió la deferencia acusándolo de vocero cínico y...
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