EN EL DEBATE / ¿Y los no electos?

Miguel Castro Reynoso

La política suele contemplarse como una actividad cerrada, donde sólo ciertos grupos tengan el derecho a ejercerla y al hablar sobre esto, se hace como si el resto de personas solamente pudieran observar y esperar a que las decisiones se tomen. Sólo quienes gustamos de hacer la política de una forma más preocupada por el aspecto humano sabremos que no es así.

Sin embargo, la política es el espacio que se crea para generar acuerdos que nos lleven a la acción, con planes y actividades que alcancen objetivos que mejoren nuestro entorno y nuestro nivel de vida, generándonos mejores oportunidades. Para hacer política, debemos estar conscientes de la realidad, de quiénes participan y la manera en la que lo hacen.

Hacer política requiere de mucha atención a los grandes temas y especialmente a los pequeños detalles. Es necesaria la reflexión, el análisis institucional y, por supuesto, introspección individual.

Lo que le ocurrió al Partido Revolucionario Institucional el pasado primero de julio es una lección de política en democracia. La gente eligió entre las opciones que una boleta les presentaba, pero en realidad el ciudadano tomó en cuenta factores que no caben en un papel y no son sólo las promesas de una campaña electoral. La razón es el justificado hartazgo social a las formas agotadas de llevar a cabo el ejercicio político, a los discursos sin mensaje, a tener que esperar resultados tangibles a problemas que nos afectan todos los días, buscando a quién cobrarle todo lo que, se considera, se ha hecho mal.

El PRI fue castigado por tomar decisiones que hoy, a juicio de los electores, no impactan de forma positiva en lo cotidiano, no se reflejan en sus bolsillos y no lo perciben en su nivel de vida.

Si bien tenemos buenos resultados en Jalisco, lo hemos consolidado como un gigante de Occidente, los logros fueron poco valorados, la sociedad jalisciense consideró más la acumulación de capital político e hizo de sus exigencias y los reclamos de todos los mexicanos su causa, y el resultado de aquel domingo fue la muestra de que para representar una opción real debes evolucionar al ritmo que la ciudadanía lo exige.

Que la gente haya elegido a otras opciones para representar las causas sociales los próximos años es el resultado de una serie de demandas que no podemos dejar sin resolver. Esa es primera tarea que como instituto político tenemos: enfrentarnos a nuestra realidad.

Es complicado para el PRI y sus actores, fue un golpe...

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