EN EL DEBATE / Motivos de la ratificación

Cecilia Díaz

La acción organizada de ciudadanos que exigen un espacio de incidencia en el quehacer público es dar un paso hacia la democracia participativa y además es indispensable para avanzar y madurar como sociedad.

Votar cada 3 o 6 años para elegir a determinado candidato a un puesto ya no es suficiente para decir que vivimos en una democracia. Es indispensable que durante el periodo de Gobierno de quienes elegimos, tengamos la facultad de analizar, evaluar y cuando sea el caso, sancionar el trabajo hecho por nuestros mandatarios.

En este contexto se genera el Reglamento de Participación Ciudadana de GDL cuyos conceptos básicos se expresan en el Artículo 253 que dice: “La participación ciudadana como elemento de la gobernanza, es un principio fundamental (...), y se entiende como el derecho de los habitantes para intervenir en las decisiones públicas, deliberar, discutir y cooperar con las entidades gubernamentales, así como para incidir en la formulación, ejecución y evaluación de las políticas y actos de Gobierno”.

El Reglamento también contiene 14 herramientas para que la sociedad forme parte activa de las decisiones de Gobierno. Una de ellas, la ratificación de mandato consiste, según lo dice el Artículo 322, en ser “… el mecanismo de participación ciudadana directa y de rendición de cuentas, por medio del cual se somete al escrutinio de la población (...), la continuidad o no del Presidente Municipal”.

Desde esta visión, la ratificación de mandato, es una herramienta pensada y diseñada para facilitar y favorecer acciones de democracia participativa y de rendición de cuentas, que mejoren la relación y el respeto entre gobernados y gobernantes.

Hasta hoy que se está llevando a cabo el primer ejercicio de ratificación de mandato, desde el Consejo Municipal de Participación Ciudadana hemos identificado al menos dos corrientes que atentan contra el ejercicio y su propósito central y vemos necesario desarrollar una serie de medidas para contenerlas.

Una, que podríamos llamar “fuego amigo”, es la que se ha presentado entre algunos funcionarios que, pretendiendo “favorecer o quedar bien” tratan de motivar ¿coaccionar? el voto a favor de su jefe. La segunda corriente viene de algunos grupos opositores que han tratado de descarrilar y aún de eliminar el ejercicio argumentado vacíos jurídicos o fallas en la ejecución del mismo.

A quienes forman parte de la primera corriente les decimos: los tiempos cambian y la ciudadanía ya ha crecido lo...

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